Mons. Warduni: del Sínodo caldeo “unidad y diálogo” para el futuro de los cristianos y de Irak

Del 4 al 8 de octubre en Roma tendrá lugar el encuentro de la cúpula de la Iglesia caldea. Entre los temas centrales a tratar, figuran el referéndum kurdo y el regreso de los refugiados de la Llanura de Nínive. Una situación general que “no es buena” y un momento de “gran necesidad”. Se necesita “sabiduría, sentido común y amor”.


Roma (AsiaNews)- La “esperanza” es que la Iglesia iraquí sea “una, unida y viva”, pronta para “sacrificarse por los demás”, abierta “al diálogo” y que sepa caminar “en la verdad, con el corazón y con la mente”. Es lo que refiere a AsiaNews, Mons. Shlemon Audish Warduni, obispo auxiliar de Bagdad, en la vigilia del Sínodo de los Caldeos, previsto del 4 al 8 de octubre en Roma (Italia). Entre los temas centrales a tratar en dicho encuentro se incluyen el reciente referéndum por la independencia del Kurdistán, que ya ha provocado profundas divisiones en Irak, y la situación de los cristianos de la Llanura de Nínive tras la derrota del Estado islámico (EI, ex Isis) en Mosul.

El Sínodo de la Iglesia caldea llega en un momento de “gran necesidad”, explica el obispo, porque la situación en general no es buena” y rezamos a Dios para que “ilumine a los responsables (políticos) de Irak y los guíe hacia el bien de la nación”. Los bienes y las riquezas, agrega, “son de todos” y “no es necesario atenerse a los intereses propios, apegarse a la propia moneda”. Se necesitan “sabiduría, sentido común y amor”  prestando atención al bienestar de “los niños, de los jóvenes y de nuestros ancianos”.

Mons. Warduni, obispo auxiliar de Bagdad y personalidad destacada de la Iglesia iraquí, confirma que el clero y los cristianos caldeos “esperan respuestas de este encuentro”. Por nuestra parte, agrega, está la voluntad de “ofrecer a los fieles el valor de la unidad y del amor de la Iglesia”. Una necesidad, además de un objetivo “por una Iglesia que está dispersa en tantas naciones y es objeto de ataques y desafíos continuos”. A esto se suma la misión en común en el plano pastoral, de “ayudar a cuantos están en dificultad y atraviesan necesidades” desde el punto de vista material y espiritual.

El 25 de setiembre, la región autónoma del norte de Irak realizó un referéndum por la independencia, que concluyó con una arrolladora victoria de los votos a favor (más del 90% de “sí"). La votación también inlcuyó al territorio de Kirkuk y provocó la reacción de las autoridades centrales de Bagdad y de los gobiernos de la región, contrarios a la derivación separatista con la única excepción de Israel.

La invitación de la Iglesia caldea -subraya al respecto el brazo derecho del patriarca Sako- es al diálogo, a la comprensión a través de la confrontación”. “Nosotros -prosigue- queremos el bien de Irak, de cada ciudadano iraquí y esperemos que todos sepan encontrar una vía pacífica de encuentro y confrontación. A nivel personal, yo rezo y espero. Mi augurio es que [las partes implicadas en la causa] dmuestren paciencia y calma, preservando el valor de la unidad”.

La última mención de Mons. Warduni la dedica al Sínodo, que tendrá su inicio mañana, en Roma. “Mi esperanza es que la Iglesia iraquí se avecine con el diálogo y la apertura del corazón a los fieles. Y que saque una enseñanza de la historia de la Iglesia universal, la cual muestra que donde no hay unidad y amor existen también los fundamentos para continuar la misión”. Junto a las Iglesias “hermanas" de Oriente, concluye el prelado, la Iglesia caldea “puede contribuir en el camino de la paz” para el país y para toda la región medio-oriental. (DS)