Los iconos rusos entre fe, museos y negocios
de Vladimir Rozanskij

El famoso icono del Ángel de cabellos de oro será transferido a una capilla-museo, accesible sólo por las autoridades gubernamentales y sus invitados. En el estilo soviético, los iconos salvados de la destrucción sólo son admirados por los líderes y delegaciones extranjeros, no por los fieles.


Moscú (AsiaNews) - El antiguo icono del Ángel "de los cabellos de oro", uno de los más famosos y queridos, puede ser retirado de la admiración pública del museo ruso donde está ahora. El empresario-diácono Sergej Shmakov (foto. Nº 2) lleva a cabo un proyecto para su reubicación, con la bendición del Patriarca de Moscú Kirill (Gundjaev). La noticia más bien sorprendente está provocando discusiones en Rusia sobre el patrimonio cultural y religioso del país.

Las imágenes vendidas

Los iconos rusos antiguos, conocidos y venerados en todo el mundo no sólo son preciosas reliquias de la fe y la tradición cristiana ortodoxa, sino que también representan un paso muy importante en la historia reciente de las relaciones entre la Iglesia y el Estado y entre todo la sociedad rusa y su identidad cultural. Como es bien sabido en la era soviética, la Iglesia sufrió enormes persecuciones, arrestos y fusilamientos, incluyendo confiscaciones y saqueos. La persecución inicio justamente con el decreto de la confiscación de los bienes de la iglesia el 23 de febrero de 1922, poco después del final de la guerra civil que había causado una gran hambre en toda Rusia: Precisamente esta fue la justificación que Lenin y Trotsky utilizaron para atacar a la Iglesia, preservando el respeto formal por la libertad religiosa. La negativa a entregar el oro y vasos sagrados, ornamentos y los iconos, ofrecieron a los bolcheviques la oportunidad de acusar a la Iglesia de matar de hambre a las personas necesitadas, y remover los corazones ya enfurecidos por la guerra entre el rojo y blanco, que duró un total de cinco años después la revolución. El Vaticano, en un intento de salvar la situación, incluso propuso rescatar toda la propiedad de la iglesia en Rusia, tanto católica como ortodoxa, con una gran colecta en todo el mundo.

Al saqueo y la detención en campos de concentración de sacerdotes y obispos, seguido por el cierre y, a menudo la destrucción de edificios de la Iglesia, con la pérdida de tantos tesoros de arte y espiritualidad, la demolición espectacular estaliniana, que hizo saltar por el aire la gran catedral de Cristo Salvador al lado del Kremlin, hoy reconstruida. La furia sacrílega de los comunistas rusos no logró convertirse en furia iconoclasta: había hogueras de libros y todo tipo de materiales, pero los iconos sagrados casi no fueron tocadas. La devoción a las imágenes, en la tradición ortodoxa en general y en la rusa en particular, tiene raíces muy profundas y simbólicas. El icono es ventana al infinito y el signo de presencia entre los hombres de la divinidad, tanto es así que incluso los ateos más endemoniados, incluso por superstición, no osaran profanarlos.

Museos y comercio

Muchos de los iconos fueron robados, ocultados por los fieles y por los perseguidores, aunque sólo sea para venderlos clandestinamente: aún hoy anticuarios de todo el mundo tiene a disposición los antiguos iconos más o menos auténticos rusos. Muchos otros fueron confiscados y enterrados en depósitos inaccesibles, para evitar al menos la veneración pública. Con el tiempo, sin embargo, los soviéticos comenzaron a rendirse a los encantos de las imágenes sagradas, y comenzaron a establecer unas salas de exposición especial en museos, a las que por cierto no tenían acceso los ciudadanos ordinarios, sino sólo las autoridades del Partido y sus invitados, quizá las delegaciones extranjeras a las que se mostraban orgullosos: ¿ves que también hemos conservado monumentos religiosos? Los museos con los pasillos de los iconos más famosos fueron la Galería Tretiakov, con obras de Andrej Rublev, el museo de la Gran Novgorod y el Museo Ruso de San Petersburgo, de donde exactamente va a desaparecer el Ángel del cabello de oro.

El Ángel de los cabellos de oro y Rusia

El precioso icono angélico, símbolo del Museo Ruso desde 1934, cuando fue recuperado milagrosamente, no sería el primero en ser quitado al público. El mismo Shmakin ya era un líder hace unos años de la extracción al Museo del icono de la Madre de Dios Hodegetria, llamado "Toropetskaja", que data del siglo XIII. Incluso entonces el empresario devoto actuó de conformidad con el Patriarca Kirill, consiguiendo el icono 'temporalmente' de conformidad con la apertura de una nueva iglesia en un prestigioso nuevo complejo inmobiliario. Las exclusivas casas de lujo durante mucho tiempo han sido asignados, pero de la iglesia todavía no se ve la sombra, y el icono corre el peligro de pudrirse en un almacén arruinándose para siempre (los iconos están pintados sobre madera y tienen que respirar, deben ser guardado con muchas precauciones).

El icono del ángel, que celebra la cara del arcángel Gabriel, se le considera aún más antigua: se atribuye a Simon Ushakov, iconografista de la primera escuela de Novgorod del siglo XII, en los albores de la historia cristiana de la antigua Rusia. Por lo tanto, no es sólo una gloria del museo sino un icono de identidad de los mismos orígenes de la fe ortodoxa rusa; su preservación requiere una atención aún mayor, la antigüedad y la técnica particular de la pintura, por la cual el pelo del Ángel se reproduce con un solo hilo dorado.

El proyecto de Shmakin consiste en mover el icono sólo 200 metros: desde el Museo sería colocado en el palacio Michailovskij, en la antigua capilla imperial existente en el mismo, donde, sin embargo, no se celebra ninguna ceremonia litúrgica, siendo el mismo sólo un museo. El icono sólo sería admirado por las autoridades y sus invitados, como en la época soviética. Una solución similar se adoptó hace años en Moscú por los jefes de la Galería Tretyakov, que movieron a la capilla del palacio el más famoso icono ruso, la Virgen de la Ternura de Vladimir. En ese caso, sin embargo, la elección se justifica por la multitud de devotos congregados en oración ante el icono, y en el interior del edificio iglesia Tretyakov sigue siendo accesible a todos los visitantes, invitados oficialmente para hacer una pausa en silencio devoto delante de la Madre de la Fe ruso. La intención que mueve la iniciativa de sustraer los iconos para los museos sería traerlos a las iglesias, pero en realidad terminan siendo utilizados para la gloria de los nuevos potentados dada la exaltación de su sacralidad y proximidad con los Tronos y la Dominaciones celestiales.