Papa: Oración y compromiso personal para colaborar en los esfuerzos del Papa por la paz

Es el pedido que el Papa Francisco hizo esta mañana al reunirse con los miembros de la Liga de Oración del Beato Emperador Carlos por la Paz entre los pueblos. "Los desafíos de nuestro tiempo requieren de la colaboración de todos los hombres de buena voluntad".


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Participar con la oración y el compromiso personal en los esfuerzos del Papa por la paz. Es el pedido que el Papa Francisco hizo esta mañana, al reunirse con los miembros de la Liga de oración del beato emperador Carlos por la paz entre los pueblos, que se encuentran en Roma para participar de la Asamblea Anual Internacional.

Una Asamblea, señaló Francisco, que "se enmarca en el centenario de la iniciativa de paz emprendida por el Papa Benedicto XV, que, en cuanto a responsables políticos se refiere, sólo recibió el apoyo del Beato Emperador Carlos, quien tenía un fuerte deseo de poner fin a la masacre de la Primera guerra mundial".

Los objetivos de la Liga de Oración - buscar y observar la voluntad de Dios, comprometerse en favor de la paz y la justicia, expiar la injusticia de la historia - han sido, por así decir - continuó el Papa - el tema recurrente en la vida del Beato emperador Carlos como estadista, como esposo y padre de familia y como hijo de la Iglesia. Encomendándose a la voluntad de Dios, aceptó el sufrimiento y ofreció su propia vida en sacrificio por la paz, siempre sostenido por el amor y la fe de su esposa, la Sierva de Dios Zita".

"Los desafíos de nuestro tiempo requieren de la colaboración de todos los hombres de buena voluntad y, en particular, de la oración y el sacrificio. Por lo tanto, los invito a mantener su promesa de participar, con la oración y el compromiso personal, en los numerosos esfuerzos del Papa en favor de la paz. Sin el apoyo de las oraciones de los fieles, el Sucesor de Pedro no puede cumplir su misión en el mundo. Cuento también con ustedes".

Carlos, el último emperador de Austria, nacido en 1887, en su rol de jefe de Estado se unió a la iniciativa de Benedicto XV contra la "masacre inútil". Exiliado en la isla de Madeira, en los últimos días de su vida conoció la pobreza y aceptó la enfermedad como un sacrificio por la paz y la unidad de sus pueblos. Murió el 1º de abril de 1922, con la mirada puesta en el Santísimo Sacramento. Este lema de su vida: "Todo mi empeño está puesto, siempre y en todas las cosas, en conocer lo más claramente posible la voluntad de Dios y seguirla, y hacerlo de la manera más perfecta."