Biskek, el candidato apoyado por el presidente Atambaev triunfa en las elecciones

Son las primeras elecciones tras las revueltas de 2005 y 2010. Según los resultados preliminares, Sooronbai Jeenbekov vence con el 54.46% de los votos. Su rival, Omurbek Babanov, se estanca en un 34,2%. Los sondeos pronosticaban una diferencia más ceñida. En las últimas semanas, la campaña electoral se enardeció. El nuevo presidente hereda una situación compleja con el Kazajistán, y un difícil panorama en economía y seguridad. 


Biskek (AsiaNews/Agencias) – Prácticamente concluido el escrutinio, Sooronbai Jeenbekov, aliado del presidente saliente Almazbek Atambaev, está ganando las elecciones presidenciales con un amplio e inesperado margen. Esta mañana, el Comité electoral central anunció que el candidato del Partido social-demócrata del Kirguistán había obtenido el 54.56% de los votos. Su principal rival, el multimillonario Omurbek Babanov, candidato del partido Respublika (RP), se detuvo en un 34.2%.

Los sondeos habían previsto un margen mucho más ceñido entre los dos rivales, ambos ex primer ministro. La diferencia, tan distinta a la que se perfilaba, plantea dudas sobre cómo es posible que  Jeenbekov haya obtenido semejante número de votos.

En las últimas semanas, las elecciones se vieron ofuscadas por tensiones y controversias. El candidato derrotado critica a los medios estatales, que, según él, fueron utilizados para “embarrar” la campaña del RP. Las agencias acusaron a Babanov de mantener lazos con algunos oligarcas kazajos. Estas insinuaciones, además de las de Atambaev, según el cual la vecina república kazaja habría intentado interferir en las elecciones, han generado tensiones entre los dos países, que estallaron luego de que el presidente Nursultan Nazarbaev tomara la decisión de limitar el cruce en la frontera. Babanov también ha sido acusado de incitación a la violencia contra los miembros de etnia uzbeka del país, y de estar proyectando una rebelión, en caso de perder las elecciones.  

Por otro lado, Babanov sostiene que la policía ha interferido en el desarrollo de la votación y que ésta ha cometido abusos contra los activistas durante la campaña electoral. Sin embargo, él no parece tener intenciones de cuestionar el resultado electoral, y ha alentado a sus sostenedores a “mantenerse alejados de cualquier acción ilegal”.  

Es la primera vez, desde su independencia en 1991, que Kirguistán presencia el paso de mando en un clima pacífico. Los dos presidentes anteriores fueron depuestos por dos revueltas, llevadas a cabo en 2005 y 2010. Luego del último alzamiento, el país adoptó una constitución en base a la cual se define como una república parlamentaria, con un presidente con poderes que se extienden a las áreas de relaciones exteriores y seguridad, y para el cual se prevé un único mandato de seis años de duración.

Jeenbekov ha declarado que su gobierno tendrá una continuidad con las políticas de Atambaev. Sin embargo, el flamante presidente electo del Kirguistán hereda una situación difícil: además de las tensiones que rigen con Kazajistán, el país está muy lejos de ser próspero, depende de los sueldos enviados por los cientos de miles de trabajadores kirguisos que residen en Rusia y Kazajistán, y no hay perspectivas inminentes de desarrollo económico. Sin mencionar los problemas inherentes a la seguridad, y su caída en picada tras el involucramiento de ciudadanos kirguisos en el atentado en San Petersburgo, ocurrido en el mes de abril.