No sólo el Diwali, todas las celebraciones son algo lejano para nosotras, dicen las madres tamiles hindúes
de Melani Manel Perera

Las madres tamiles hindúes llevan 233 días sentadas frente a la casa del Gobernador. Hace años que aguardan una respuesta sobre la desaparición de sus hijos. En Trincomalee desaparecieron 1800 personas. ¿La justicia es para todos?, se preguntan. 


Trincomalee (Asia News) – Al llegar el otoño, los hindúes reciben el nuevo año con el festival del Diwali. Es la fiesta más popular del Hinduismo.

Espiritualmente ésta significa la victoria de la luz sobre la oscuridad, del bien sobre el mal, de la esperanza sobre la desesperación. Pero para las madres Tamiles hindúes, esto no es así. Ellas no celebran fiesta alguna, por el contrario, ellas no hacen sino revivir el dolor. Lloran a sus hijos desaparecidos. Llevan años sin saber nada de ellos. Claman a gran voz que se haga justicia, que ven como algo lejano.

Estas mujeres plantean preguntas muy claras al Gobernador: tras ocho años de haberse concluido el conflicto civil, quieren tener noticias de sus hijos desaparecidos, pretender ser tratadas como seres humanos. Las mujeres afirman haber pagado sobornos que van de dos a ocho mil euros, a militares de la Marina que ahora están arrestados y aguardan ser juzgados.   

Sadanandarasa Parameshwari de Periyakulam dice: “Mis tres hijos están desaparecidos, tengo el corazón atravesado por un gran dolor, que ya no logro soportar más”.

Los testimonios de las madres son tantísimos, pero todos comparten el mismo sufrimiento y el mismo dolor.  Su pobreza no les permite siquiera la posibilidad de defenderse. Al no poder afrontar las costas de un abogado, saben muy bien que sus instancias seguirán sin ser escuchadas.   Pero sin embargo tienen una certeza, estando unidas, quizás logren dar voz a su reclamo de justicia.