Sor Meena Barwa: compartir la pasión de Cristo para ser testigos del Evangelio
de Nirmala Carvalho

La monja de la orden de las Servitas ha sobrevivido a una violación durante los pogromos contra los cristianos en Kandhamal. "Mi sufrimiento no será en vano". Un ex convicto comenzó una nueva vida después de que la monja fue a encontrarlo en la cárcel. La hermana Rani Maria, la primera mujer mártir de la India, "ya es santa".

 


Mumbai (AsiaNews) - "Continuar compartiendo la pasión de Cristo y la experiencia de la resurrección: esto significa dar testimonio del Evangelio en Asia." Lo dice a AsiaNews sor Meena Barwa, de la orden de las Servitas, sobreviviente a la violencia y la violación durante los pogromo anticristianos de Kandhamal (Orissa) en el 2008. La religiosa interviene en la intención de la oración para el mes de noviembre del Papa Francisco [quien pidió rezar por los cristianos en Asia, ndr]. "Hoy mi vida está llena de desafíos", dice, "todo lo que hago es como testimonio".

Sor Meena nació en el distrito de Sambalpur y trabajó en el Centro Pastoral Divyajyoti K Nuagaon, en el distrito de Kandhamal. Su estupro tuvo lugar el 25 de agosto de 2008, cuando, junto con un sacerdote, el p. Thomas Chellan, fue detenida, golpeada, desnudada y hecha girar por toda la aldea. Los fundamentalistas incluso querían quemarla viva junto con el sacerdote. Solo a última hora de la tarde, mientras continuaban siendo injuriados y lastimados, fueron liberados de la policía.

Acerca de la violencia que ha sufrido, ella declara: "Dios me ha concedido ver la muerte y me ha salvado. Él me dejó vivir. Muchos han sido salvados de la muerte y tienen la oportunidad de dar testimonio de Cristo a la vida. También tengo la sensación de una cierta nostalgia por el hecho de que Dios me ha permitido, a mis padres, a mi congregación y la Iglesia sufrir por causa de la fe. Este es el camino para que mi familia y mi congregación sean testigos del Evangelio en Asia. Sé que todo este sufrimiento no será en vano. Y recuerdo las palabras de Cristo: 'Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa' (Mt 5, 10-11)".

Sor Meena cuenta una historia que la ha tocado en lo más profundo: "Hace poco estuve en un mercado de pulgas para hacer algunas compras cuando fui detenida por un desconocido que me llamó 'Didi, Didi' (hermana, hermana). Él estrecho mi mano y se inclinó frente a mí. Yo he retrocedido, ya que no reconocí a esa persona. A su vez él me ha explicado conmovido que yo le había anudado el Rakhi en la muñeca [un brazalete sagrado que las monjas atan las muñecas de los hermanos para fortalecer sus relaciones, práctica hindú que se ha vuelto común para celebrar cualquier relación de amistad entre el hombre y la mujer, aunque los dos no están biológicamente relacionados - ndr] mientras estaba en la cárcel y que este había sido el momento más feliz de su vida. Después de un mes dejó la cárcel y ahora comenzó una nueva vida. El encuentro con el extraño me ha llenado de alegría y paz".

La monja estuvo presente en la beatificación de la hermana Rani Maria [que tuvo lugar el 4 de noviembre de 2017. La franciscana clarisa, que fue asesinada en 1995, con 54 heridas de arma blanca, es la primera mujer mártir de la India - ndr]. "La ceremonia, dice, fue un momento realmente poderoso. La hermana Rani testimonió el Evangelio en Asia. Una multitud inmensa participó en su beatificación con devoción y reverencia. Fue como una prueba del paraíso, en la que ángeles, santos y hombres participan juntos sin confusión". Luego concluye: "Para mí, la hermana Rani Maria ya es santa. Ella testimonió el Evangelio muriendo mártir. Ella dio un ejemplo. Estar presente en ese evento sagrado ha aumentado mi amor por Dios y mi fe".