Banco mundial, en Phnom Penh la economía es más fuerte que las turbulencias políticas

Las proyecciones para el próximo año prevén un crecimiento del 6,9%, con un ligero aumento en comparación con el 2017. Son fundamentales las inversiones provenientes de la China, su principal socio económico. Hun Sen desafía a los países benefactores (sobre todo a los EEUU y a la UE) que amenazan con retirar las ayudas, a modo de protesta contra la represión. 


Phnom Penh (AsiaNews) – Despreocupada de las turbulencias políticas a institucionales que atraviesa actualmente el país, la economía camboyana continúa creciendo a un ritmo vertiginoso,  confirmando ser una de las más activas del continente asiático. Según las estimaciones difundidas en las últimas horas por los expertos del Banco Mundial (BM), las proyecciones para el próximo año hablan de un aumento del 6,9%, con una tendencia en leve alza, en comparación con las estimaciones del 2017, que registraban un +6,8%.

Hasta ahora, las “turbulencias políticas” que han caracterizado la vida del país, y que culminaron con la disolución del principal partido de la oposición, no han ejercido demasiada influencia en el desarrollo económico, que en los últimos años se ha mantenido en torno a un 7%. Los datos del BM muestran una leve caída en el sector de las exportaciones de textiles y en la construcción; sin embargo, otros productos manufacturados y el boom del turismo, gracias a las numerosas presencias chinas, han contribuido al crecimiento.

Para los expertos del Banco Mundial, a pesar de la crisis política, “la previsión sigue siendo positiva”; no obstante, la “posible desaceleración a escala regional, en particular en China, unida a las “incertidumbres” que acompañan las próximas elecciones, constituyen “una fuente de riesgo”.

Miguel Sanchez, un analista experto del BM, recuerda que en el pasado también se han verificado condiciones análogas, que han determinado un deslizamiento en las inversiones y una caída en los depósitos de moneda extranjera. Pero se ha tratado de una situación “temporaria”.

Para el crecimiento son fundamentales las inversiones transfronterizas provenientes de China, el principal socio económico y comercial de Phnom Penh. Camboya también saca provecho de las ayudas que brindan países benefactores, si bien los gobiernos internacionales han amenazado con bloquear la financiación otorgada, en vista de la creciente represión interna, que ha golpeado con particular violencia a los exponentes del principal partido de la oposición.  

Por orden de Hun Sen (Partido Popular camboyano, PPP) se procedió al arresto de Kem Sokha -el rival más peligroso del premier que está en funciones hace 30 años-, a la disolución del partido opositor Cambodia National Rescue Party (CNRP) y a la represión de medios independientes y de la sociedad civil. El Ejecutivo acusa a Sokha de conspiración para usurpar el poder, y a su partido, de traición; para los críticos, en realidad se trata de pretextos motivados políticamente para eliminar al adversario en vista de las elecciones generales del 2018.

Expertos y analistas afirman que el corte de las ayudas podría tener efectos negativos sobre el crecimiento económico, en particular en el sector de la vestimenta, con el que se aseguran más de un millón de puestos de trabajo. Además, el sector está ligado histórica y tradicionalmente a las exportaciones a los Estados Unidos y a Europa. Sin embargo, el premier Hun Sen no parece preocupado por ello, y desafía a Washington y a Bruselas a retirar las ayudas, subrayando que el apoyo de China bastará para mantener los índices de crecimiento.