Rohingyás y periferias, los temas calientes que aguardan al Papa Francisco en Dacca
de Anna Chiara Filice

En Dacca todavía no se ven símbolos ni carteles para dar la bienvenida al pontífice. En el centro de la visita: los refugiados, los emigrantes y las personas rechazadas. En los campos de Cox’s Bazar, la diócesis de Chittagong piensa en la educación de los niños Rohingyás. Los riesgos de trasladar los evacuados a Hill Tracst, donde no existen los derechos ni el desarrollo. De nuestra enviada.


Dacca (AsiaNews)- Rohingyás y periferias son los temas de la orden del día del día entre los católicos de Dacca, mientras esperan al Papa Francisco que llegará aquí dentro de dos días. La cuestión de los refugiados musulmanes escapados de la violencia que rige en Myanmar fue una vez más reafirmada por el Card. Patrick D´Rozario, arzobispo de la capital. Él intervino ayer en la conferencia de presentación de la visita a los periodistas, que se realizó en la sede del arzobispado. A todos los presentes, unos 60, pidió “colaboración para un buen resultado de la visita”.        

Según el cardenal, el punto focal de todo el viaje pastoral será “el diálogo con las otras religiones, con las culturas que componen Bangladés, con los pobres. La iglesia es pobre y trabaja con los pobres”.

Mientras aún se espera la llegada del pontífice, el problema de los Rohingyás sigue siendo el tema más debatido. Nos encontramos con Mons. Moses M. Costa, arzobispo de Chittagong, bajo cuya diócesis se encuentra la jurisdicción de Cox’ s Bazar, la zona donde acampan unas 620.000 personas en refugios improvisados. “La Conferencia episcopal -declara- encomendó la tarea a Caritas, que trabaja con el permiso del gobierno”. Él explica que el brazo social de la Iglesia católica “cada día entrega comida a unas 10.000 familias. Los alimentos fueron  nuestra inmediata respuesta frente a esta emergencia. Además, llegó el invierno y estamos distribuyendo ropa de abrigo. Pero esto no es suficiente. Además de la comida, nuestra misión es ocuparnos de las personas, de los seres humanos. Por esto estamos pensando en un proyecto de educación para los niños que viven en los campos de refugiados”.

Nos dice el obispo: “Las personas están destruidas, enojadas y entre ellos existe un malestar físico y psicológico. El peligro es que entre los evacuados crezca cada vez más un sentimiento de depresión por una parte, y de la frustración por otra, que puede fácilmente convertirse en agresividad. Son personas que han perdido todo, entre ellos las enfermedades y la explotación están muy difundidas. Quizás a los otros grupos no les interese, pero para nosotros es muy importante, son personas” Luego cuenta la historia de una niña que encontraron en un campo de refugiados. “Tendrá apenas un metro de altura, pero tenía 10 años. Estaba sola, su familia había sido exterminada. Y ella no hablaba, estaba encerrada en el mutismo y en el dolor”.

Otra cuestión que lo preocupa “es que nadie sabe cómo terminará esto. Y lo que es peor, es que en el pasado ya han llevado a estas personas a otras zonas, a expensas de aquellas que ya tenían necesidades de ayuda. Mi miedo es que si el gobierno debiese dar el permiso a los Rohingyás de transferirse a la zona de Hill Tracts, donde viven 30 grupos de minorías y de ocupar sus tierras, nos encontraremos frente a otro desastre. Aquí reina la desesperación, no existen derechos, ninguna propiedad de terrenos, falta la educación y programas de desarrollo. Dolor se agregará a otro dolor”.

Otro argumento al orden del día, es el de las periferias. Fue el primero el Papa Francisco en reafirmar la voluntad de llevar a Cristo “hasta las periferias del mundo”. Y es justamente lo que ahora se esperan los católicos. El p. Bulbul Augustine Rebeiro, responsable de los medios del comité papal, afirma. “El Papa Francisco habla de periferias, de Iglesias pequeñas. Esperemos que él se convierta en uno de nosotros, que demuestra la solidaridad a las personas de este país tan lejano”. Para el Card. D’ Rozario, “no se trata tanto de hacer distinciones entre periferias y la Iglesia universal. Somos parte del mismo cuerpo de la Iglesia. Así la iglesia puede ser universal sólo convirtiéndose en local. El Papa vendrá a la iglesia local, pero al mismo tiempo él hablará aquella universal”.

El pontífice, agrega el p. Ribeiro, “es uno de los mayores líderes del mundo y por este motivo todos están interesados en saber qué dirá sobre 3 cuestiones: Rohingyás, emigrantes y personas perseguidas o rechazadas. Y el tema de los emigrantes de condice perfectamente con los de las periferias. También aquí en Bangladés tenemos tantas personas que emigran al extranjero en busca de trabajo. En cambio para la ocasión volverá a su país de origen”.

En la capital las jornadas parecen vivirse en una normalidad, en las calles no hay señales que den la idea de un inminente llegada, como por ejemplo carteles para dar la bienvenida al Papa. El motivo, explica el p. Ribeiro es que el gobierno debe dar su consentimiento para colocar los carteles o para que éstos sean expuestos. “Ellos ya están preparados”, asegura. Según otro católico, “los carteles no fueron todavía colocados porque el partido en el poder es muy auto-celebrativo. Por los tanto los carteles serán expuestos sólo en algunas zonas específicas de la ciudad”.

Sobre la seguridad para el viaje, Mons. Gervas Rozario, presidente de Caritas Bangladés, obispo de Rajshahi y responsable del sistema que garantizará la seguridad al Papa y a los peregrinos, afirma. “Antes que los Rohingyás estuviesen bajo los reflectores, el objetivo del gobierno era mostrarse a la comunidad internacional como un país responsable y confiable para el comercio. Bangladés está en una rápida expansión y necesita financiaciones. Además es uno de los países más pacíficos, que cree firmemente en el valor de la armonía. La credibilidad de las autoridades se juega ahora sobre la seguridad del Papa. Es interés del gobierno que todo salga bien, de este modo podrá atraer a los créditos esperados”.