Papa: María nos ayude a rechazar la indiferencia, el miedo hacia los diversos, la explotación

El homenaje y la oración a la Inmaculada de Francisco en la plaza de España. La visita a S. María la Mayor para permanecer en oración delante de la imagen de la “Salus Populus Romani” y a S. Andrés delle Fratte para homenajear a la virgen de la Medalla Milagrosa.


Roma (AsiaNews)- Ayúdanos a rechazar los “virus” de la indiferencia, del miedo de lo diverso y del extranjero, el conformismo, la resignación al degrado, a la explotación de tantos hombres y mujeres. Lo pidió el Papa Francisco en su oración a la Inmaculada, a la cual rindió homenaje en la plaza de España.

Antes de ir a la plaza de España, el Papa quiso ir a la basílica de S. María la Mayor para estar en oración y por un buen tiempo se detuvo a saludar a los enfermos y antes de entrar al Vaticano, visitó la basílica de S. Andrés delle Fratte para homenajear a la Medalla Milagrosa.

Esta es la oración de Francisco:

“Madre Inmaculada, es la quinta vez que agradecerte, como obispo de Roma, para rendirte homenaje en nombre de todos los habitantes de esta ciudad”, dijo el Obispo de Roma.

Roma “Queremos agradecerte por tu cuidado constante con el que nos acompañas en nuestro camino. El camino de las familias, parroquias, comunidades religiosas; el camino de aquellos que todos los días, a veces con dificultad, pasan por Roma para ir a trabajar; el camino de los enfermos, de los ancianos, de todos los pobres, de tantas personas que emigraron desde tierras de guerra y hambre”, añadió el Sucesor de Pedro agradeciendo la presencia materna, tierna y fuerte que encuentra el cristiano “tan pronto como dirige a Nuestra Señora, un pensamiento, una mirada o un fugaz Ave María”, siempre sentimos tu presencia materna, tierna y fuerte”.

“¡Oh Madre, ayuda a esta ciudad a desarrollar los "anticuerpos" contra algunos virus de nuestros tiempos», prosiguió el Papa.

 «La indiferencia, que dice: “no me concierne”, la mala educación cívica que desprecia el bien común, el miedo al diferente y al extranjero; el conformismo disfrazado de transgresión, la hipocresía de acusar a los otros mientras se hacen las mismas cosas; la resignación a la degradación ambiental y ética; la explotación de tantos hombres y mujeres. Ayúdanos a rechazar estos y otros virus con los anticuerpos que provienen del Evangelio. Haz que tomemos el buen hábito de leer todos los días un pasaje del Evangelio, y siguiendo tu ejemplo, custodiemos la Palabra en el corazón, para que como buena semilla dé frutos en nuestras vidas».

“Virgen Inmaculada-recordó el ejemplo de conversión- acaecido hace 175 años en la Iglesia de San Andrea delle Fratte, a unos pocos metros de distancia de Plaza de España; cuando la Virgen tocó el corazón de Alfonso Ratisbonne, que en ese momento, de ateo y enemigo de la Iglesia pasó a ser cristiano.

 “A él te mostraste como una Madre de gracia y misericordia”

Concédenos también a nosotros, especialmente en las pruebas y en las tentaciones, fijar la mirada en tus manos abiertas que dejan caer sobre la tierra las gracias del Señor, y deshacernos de toda arrogancia orgullosa, para reconocernos como verdaderamente somos: pequeños y pobres pecadores, pero siempre tus hijos. Y así poner nuestra mano en la tuya para dejarnos llevar hasta Jesús, nuestro hermano y salvador, y hasta nuestro Padre Celestial, que nunca se cansa de esperarnos ni de perdonarnos cuando regresamos a Él”.

¡Gracias, Oh Madre, porque siempre nos escuchas! ¡Gracias, Oh Madre, porque siempre nos escuchas! Bendice a la Iglesia de Roma, bendice a esta ciudad y al mundo entero. Amén», concluyó el Papa”.

Alfonso Ratisbonne, del cual habló Francisco, pertenecía a una familia hebrea de banqueros muy rica. El 20 de enero de 1842 acompaña a un amigo a la iglesia de s, Andrés delle Fratte y allí, contó después, vio un “gran, reluciente imagen, llena de majestad y de dulzura a la Virgen María, así como está representada en la Medalla Milagrosa”. El 31 de enero fue bautizado en la iglesia del Jesús y sucesivamente se hizo jesuita”.