Colombo, los pescadores sienten ‘frustración’
de Melani Manel Perera

En Sri Lanka viven 150.000 familias de pescadores. El gobierno ha adoptado las directrices de la FAO, “pero éstas no son incluidas en la política nacional”. Los militares todavía ocupan las tierras requisadas durante la guerra civil.  


Colombo (AsiaNews) – En Sri Lanka, el sector de la pesca se siente “frustrado”. Es lo que afirma  Herman Kumara, coordinador nacional del National Fisheries Solidarity Movement (NAFSO) al conversar con AsiaNews. Él sostiene que en el país “ha habido numerosos progresos en el campo de los derechos humanos. Pero si consideramos nuestro sector, el pesquero, hay frustración. La mayor parte de nuestras expectativas han sido desatendidas”.

El activista hace un balance de las políticas adoptadas en los últimos tres años, es decir, desde que asumió el gobierno de Maithripala Sirisena. “Finalmente, el Ejecutivo ha adoptado las directrices de la escala reducida (SSF) para los pescadores de la FAO, para sostener la pesca en función de la disminución de la pobreza y para proveer una seguridad alimentaria. Pero no se ha hecho ningún intento para incluir estas iniciativas en la política nacional”.  

En la isla viven 150.000 familias de pescadores. El NAFSO reúne cerca de 9.900 socios y 15.000 miembros indirectos. Según Kumara, las mayores dificultades derivan de la presencia y de la explotación de los recursos por parte del ejército. “Los militares no deben entrometerse en el turismo, en la agricultura y en la producción de lácteos de manera de privar [de ganancias] a las poblaciones en la región del norte y este de Sri Lanka”. En varias zonas que han sido escenario del conflicto civil que duró treinta años, los soldados aún siguen ocupando las tierras requisadas a los habitantes. “Esperábamos que las propiedades fueran restituidas de inmediato a sus legítimos propietarios, que se levantaran las restricciones a la pesca que rigen en algunas áreas, y que el gobierno liberara las tierras que fueron confiscadas por el régimen precedente”.   

Las políticas nacionales concernientes a las pesca, agrega, “deben ser tratadas [a la luz] de estas directrices. Pero los programas actuales no parecen prestar la más mínima atención a aquellas [recomendaciones]. Incluso las cuestiones que atañen a las comunidades más vulnerables, como la de las mujeres, no cosechan un mínimo de interés”. Lo que es peor, concluye, “es que algunos mega-proyectos de desarrollo, como el de la ciudad portuaria de Colombo [financiado por China, ndr] son llevados adelante infringiendo las promesas hechas antes de las elecciones. Además, el ejército ocupa las tierras y amenaza la vida, los medios de subsistencia y la supervivencia misma de los pescadores. Por eso, nos sentimos frustrados”.