Kerala, protestas por una cruz demolida: hay ocho heridos, entre ellos, una monja

La marcha estuvo organizada por la Kerala Latin Catholic Women’s Association. Entre los participantes también se contaron numerosos niños. Los agentes habrían utilizado porras para dispersar a las mujeres. La cruz fue levantada en noviembre, en reemplazo de otras que fueron destruidas en un pueblo. 


Thiruvananthapuram (AsiaNews/Agencias) – Ocho activistas, una de ellas monja, resultaron heridas durante los enfrentamientos con la policía en Thiruvananthapuram, la capital de Kerala (en el sur de la India), mientras participaban en una marcha de protesta por la destrucción de una cruz. El incidente sucedió ayer en los alrededores de la residencia de K. Raju, el ministro que tiene a su cargo la gestión de los Bosques. La marcha fue organizada por la Kerala Latin Catholic Women’s Association, una rama de la Kerala Regional Latin Catholic Church. Participaron en ella decenas de monjas y niños, para manifestarse contra la demolición de una cruz, ocurrida en un pueblo sobre las montañas.

Ramesh Chennithal, líder de la oposición en dicho Estado, se quejó del uso de la fuerza por parte de los agentes, que incluso habrían utilizado porras para dispersar a las mujeres. El político pide que se abra una investigación contra los responsables de los hechos. M. M. Hassan, presidente del  Kerala Pradesh Congress Committee (KPCC), condena el incidente y acusa al gobierno de “haber dado rienda suelta a la policía, y de haber usado la fuerza para reprimir la agitación popular. Semejantes incidentes no pueden ser tolerados a ningún costo. Además, ni siquiera había una agente femenina entre los funcionarios desplegados para controlar la manifestación”.

La disputa entre los cristianos y la administración local se remonta al pasado mes de agosto, cuando en la localidad de Kurisumala, sobre el pico de Bonacaud, fueron halladas algunas cruces demolidas.  Más tarde, en el mismo mes, luego de un encuentro con representantes de la diócesis de Neyyattinkara, el ministro de Bosques había acordado el permiso para instalar una nueva cruz de madera. En noviembre, la cruz fue nuevamente destruida.

Es por eso que surgieron las protestas de las mujeres, que se quejaban de las demoras en la puesta en marcha de una investigación para dar con los responsables del hecho. Las activistas incluso trataron de traspasar las vallas colocadas por la policía para defender la residencia del ministro. Mons. Vincent Samuel, el obispo local, se dirigió al hospital para brindar consuelo a los heridos.