El Card. Filoni celebra la fiesta del p. Paolo Manna en el PIME de Roma
de Bernardo Cervellera

El Prefecto de la Congregación para la evangelización de los pueblos se encuentra con los misioneros del PIME y las Misioneras de la Inmaculada. La misión sin anuncio reduce el compromiso de la Iglesia a la obra de una Ong. Despertar la misión “ad gentes”. El mes misionero del 2019.


Roma (AsiaNews)- Un agradecimiento al Pontificio Instituto para las Misiones Extranjeras por el compromiso en la evangelización de Asia y en otros lados y una invitación para colaborar para sostener la misión “ad gentes”, hacia los no cristianos, que algunas veces arriesga ser olvidada u opacada por el eslogan “todo es misión”. Son estos algunos de los temas que el Card. Filoni, Prefecto de la Congregación vaticana de Propaganda Fide, enfrentó ayer por la tarde cuando presidió una misa en la capilla de la casa del PIME en Roma. Después de la cena él tuvo una conversación con los misioneros del Instituto, las Misioneras de la Inmaculada, algunos sacerdotes amigos y huéspedes del PIME.

La ocasión fue ofrecida por la fiesta del beato Paolo Manna (1872-1952), misionero del PIME beatificado por Juan Pablo II, que también fue fundador y presidente de la Pontificia Unión Misionera, una de las obras Pontificias que están bajo la presidencia de Propaganda Fide, que se ocupa de la animación misionera entre sacerdotes, religiosos, religiosas y laicos.    

Paolo Manna, definido a menudo como “un alma de fuego” estuvo entre los precursores de algunas pistas surgidas con claridad, decenios después, en el Concilio vaticano II. Él llevó a la Iglesia a comprender que todos deben tener el deseo de la misión y participar en la obra de evangelización; criticó con fuerza las misiones basadas en el poder otorgado por obras caritativas y sociales; trabajó para que los cristianos en misión no compitiesen, sino que demuestren la unidad como primer elemento de testimonio de la fe.

En su homilía, el Card. Filoni comparó al p. Manna con el “primer misionero ‘ad gentes’”. San Pablo, incansable en el anuncio, en insistir tanto en tiempos oportunos como inoportunos, en amonestar, reprochar, exhortar (Cfr. 2 Tm 4,2), conservando la fe (2 Tm, 4,7). Y subrayó que la misión comprende siempre y ante todo el anuncio. Sin anuncio -precisó- toda obra misionera se reduce a la de “una ONG”.

En la conversación con los misioneros y las misioneras, él ante todo hizo notar que la imagen de la misión “ad gentes” está cambiando: los no cristianos -a través de las migraciones- están presentes también en países de antigua evangelización; las Iglesias locales de los antiguos países de misión son ya comunidades adultas y sienten menos la necesidad de misioneros para sus países. Pero, es verdad -subrayó él- que la misión “ad gentes”, el anuncio a los no cristianos es olvidado o dejado de lado, tanto en las Iglesias de antigua evangelización como en aquellas más recientes. De aquí la urgencia de mantener vivo el carisma de los institutos misioneros “ad gentes”, sin contentarse con definir como “misión” cualquier compromiso diocesano de pastoral, caritativo o de nueva evangelización.

El Card. Filoni recordó que el Mes misionero que será lanzado en 2019 puede servir para despertar en la Iglesia la urgencia de la misión “ad gentes”.

Antes de saludar a los misioneros del Pime, él dejó una dedicatoria en el Libro de los huéspedes (foto 3).