Papa: la misa con el patriarca Youssef, ofrecida por ‘un pueblo crucificado’

“Ofrecemos esta Misa por el pueblo, por el pueblo que sufre, por los cristianos perseguidos en Oriente Medio, que dan la vida, sus bienes, sus propiedades, porque son expulsados de allí”.


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Una misa por “un pueblo que sufre”, el de los cristianos de Oriente Medio, fue celebrada esta mañana por el Papa Francisco junto al Patriarca de Antioquía, Youssef. Un rito que ha manifestado la comunión entre la sede de Pedro y la Iglesia greco-melquita católica.  

La celebración de esta mañana, llevada a cabo en la Casa Santa Marta, se hizo al término de la visita a Roma de los obispos greco-melquitas católicos, tras concluirse el sínodo realizado en el Líbano a principios de febrero. Una visita que ha querido manifestar la Comunión eclesiástica, tal como fue dicho por el Papa y por el Patriarca, quienes, juntos, dieron la bendición una vez terminada la misa.  

“Esta Misa con nuestro hermano, el patriarca Youssef – fueron las palabras de Francisco – realiza la apostolica communio: él es parte de una Iglesia, de una Iglesia antiquísima, y viene a abrazar a Pedro, a decir ‘yo estoy en comunión con Pedro’. Esto es lo que significa la ceremonia de hoy: el abrazo del padre de una Iglesia con Pedro. Una Iglesia rica, con una teología propia dentro de la teología católica, con una liturgia propia, maravillosa, y con un pueblo. En este momento una gran parte de este pueblo es crucificado, como Jesús. Ofrecemos esta Misa por el pueblo, por el pueblo que sufre, por los cristianos que son perseguidos en Oriente Medio,  que dan la vida, dan los bienes, las propiedades, porque son expulsados de allí. Y también ofrecemos la Misa por el ministerio de nuestro hermano Youssef”.   

“Quisiera agradecer a Usted –replicó el Patriarca- por este hermosa Misa de comunión, en nombre de todo el Sínodo de nuestra Iglesia greco-melquita católica. Personalmente, estoy verdaderamente conmovido por Su caridad fraterna, por los gestos de fraternidad, de solidaridad que ha demostrado para con nuestra Iglesia, en el curso de esta Misa. Le Prometemos tenerla siempre presente en nuestros corazones, en el corazón de todos nosotros, clero y fieles, y recordaremos siempre este evento, estos instantes históricos, este momento que no logro describir por la belleza que lo embarga: esta fraternidad, esta comunión que une a todos los discípulos de Cristo. Gracias, Santidad”.

En el día de ayer, el Papa Francisco también se había referido al sufrimiento de los cristianos en ocasión de la audiencia con los obispos greco-melquitas. “En este difícil período histórico –afirmó entre otras cosas- hay muchas comunidades de Oriente Medio que son llamadas a vivir la fe en el Señor Jesús en medio de muchas pruebas.  Deseo fuertemente que, con su testimonio de vida, los Obispos y sacerdotes greco-melquitas puedan alentar a los fieles a permanecer en la tierra donde la Providencia divina ha querido que naciesen”. “Como nunca antes, -agregó- los Pastores en este momento son llamados a manifestar, frente al pueblo de Dios que sufre, comunión, unidad, cercanía, solidaridad, transparencia y testimonio”. “Como ustedes saben –concluyó entonces- he convocado, para el 23 de este mes, a una jornada de oración y ayuno por la paz. Es esa ocasión no dejaré de recordar, de manera especial, a Siria, que en los últimos años ha sido azotada por sufrimientos indecibles".