Manila, abusos y violencias: ‘Prohibición total’ a los trabajadores en Kuwait

En el país medio-oriental hay más de 250 mil trabajadores filipinos. Los trabajadores domésticos no son respaldados por la legislación ordinaria del emirato sobre el trabajo. El presidente Duterte a Kuwait: “¿Hay algo de equivocado en vuestra cultura y en vuestros valores?”.


Manila (AsiaNews/Agencias)- Aprovechando de un programa de amnistía firmado con el gobierno de Kuwait, el departamento para los Asuntos extranjeros de filipinas dispone el repatrio de 10 mil trabajadores emigrantes que se quedaron en el Emirato. A esto sigue la “prohibición total” impuesto hace 2 días por Manila en materia de nueva ocupación en Kuwait, que comprende a los emigrantes que ya poseen permisos de trabajo pero que todavía no partieron para el país del Golfo. En precedencia, el presidente Rodrigo Duterte se había dirigido contra Kuwait por los frecuentes casos de abuso y explotación a los cuales son sometidos los trabajadores filipinos.

Según las estimaciones del ministerio de Exteriores, en Kuwait hay más de 250 mil trabajadores filipinos, la mayoría de los cuales es empleada como personal de servicio. En el emirato, los trabajadores domésticos no son respaldados por la legislación ordinaria sobre el trabajo. Grupos de activistas por los derechos humanos han documentado abusos difundidos, entre los cuales el pago de las retribuciones largos horarios de trabajo sin días de descanso, agresiones físicas y sexuales y ningún canal claro de reparación.

El pasado enero, el gobierno de Filipinas había suspendido el envío de trabajadores en Kuwait, después que Duterte había declarado que los abusos por parte de los empleadores de trabajo han llevado a diversos trabajadores domésticos a suicidarse. La nueva medida dispuesta por Manila sigue al descubrimiento, la semana pasada, del cuerpo de Joanna Demafelis de 29 años, doméstica filipina, en el congelador de un departamento en Kuwait. Se sospecha que el cuerpo haya sido conservado en el congelador por más de un año. El 9 de febrero de 2018, Duterte lanzó un duro ataque al país medio-oriental. En un encendido discurso público, él mostró una fotografía de la joven mujer, denunciando los abusos sexuales sufridos por las trabajadoras, a menudo obligadas a comer las sobras de sus empleadores. Dirigiéndose a Kuwait, el presidente declaró: “¿Hay algo de equivocado en vuestra cultura? ¿Hay algo de equivocado en vuestros valores?”.

Más de 2,3 millones de filipinos están registrados como trabajadores en el extranjero. Ellos envían a casa cada mes más de 1,6 millardos de euros, dinero que alimenta una de las economías en más rápido crecimiento en el mundo. Manila mira ahora a Rusia y a china como “mercados alternativos” para los trabajadores emigrantes filipinos.