Emigrantes, la Iglesia reza y se solidariza con los filipinos en el extranjero
de Santosh Digal

Son cerca de 10 millones los filipinos empleados en el extranjero. De enero a noviembre pasados, enviaron a casa al menos 1,4 millardos de pesos (2,6 millardos de dólares estadounidenses). Abusos y explotación: los obispos “la prohibición total” impuesto por el gobierno a los trabajadores en Kuwait.


Manila (AsiaNews)- En ocasión del 32° Domingo nacional de los Emigrantes (NMS), celebrado ayer en el primer domingo de Cuaresma, la Iglesia filipina expresó con oraciones y solidaridad con los trabajadores emigrantes en el extranjero (OFW), reafirmando el pedido de una mejor trato hacia ellos en los respectivos países de acogida.

El NMS es una iniciativa dirigida a promover la conciencia, la comprensión y el aprecio de las realidades de la emigración económica. Ya desde 1987, año de su institución, la iglesia utiliza la celebración para expresar su atención a la situación de los filipinos ultramar y de sus familias, dejadas atrás en el país nativo. El tema del NMS 2018 fue “Acoger, proteger e integrar a los emigrantes y refugiados”.

Por el momento, son cerca de 10 millones los trabajadores filipinos en el extranjero, muchos de los cuales en Arabia Saudita, Emiratos Árabes Unidos, Hong Kong, Kuwait y Qatar. A través de los envíos a casa, los OFW contribuyen al crecimiento económico del país. En años precedentes, los sueldos han salvado a filipinas de la crisis financiera y hasta ahora constituyen una de las mayores fuentes de entradas para la economía nacional. El Banco central de manila declara que de enero a noviembre del año pasado, los filipinos en el extranjero han enviado a casa al menos 1.400 millardos de pesos (2,6 millardos de dólares estadounidenses).

El pasado 14 de febrero, las autoridades filipinas han dispuesto el repatrio de Kuwait a 10 mil trabajadores emigrantes. Esto después de la “prohibición total” impuesto dos días antes por Manila en materia de nueva ocupación en el Emirato, que comprende a aquellos ya en posesión de permisos de trabajo pero aún no partidos hacia el país del Golfo. Precedentemente, el presidente Rodrigo Duterte atacó a Kuwait por los frecuentes casos de abusos y explotación a los cuales son sometidos los trabajadores filipinos.

Mons. Ruperto Cruz Santos, obispo de Balanga y presidente de la Comisión CBCP para la pastoral de los emigrantes y de los itinerantes (ECMI), expresó ayer su apoyo a la decisión, invitando al gobierno a ofrecer una mejor tutela social a los trabajadores filipinos. “Nuestros trabajadores emigrantes deberían estar al seguro. No deberían ser amenazados o explotados. Sus derechos deben ser protegidos y su dignidad sea respetada”, reafirmó Mons. Santos. “Un emigrante es una persona. Tiene sentimientos, emociones y una historia. Es creado por Dios, dotada por Dios de talentos específicos y habilidades individuales. Por lo tanto no es un instrumento para el beneficio ni instrumento para el placer”.