Los Maute han reunido una fuerza de aproximadamente 200 combatientes y han librado una serie de enfrentamientos con el ejército de Manila. Reclutan nuevos soldados, gracias al dinero, pistolas y joyas robadas de los bancos de la ciudad y de las casas de particulares durante el asedio de Marawi.
Manila (AsiaNews/Agencias) – A pocos meses de haber sido expulsados de la ciudad meridional de Marawi (Mindanao), los militantes islamistas están preparándose para un nuevo y mortal intento de instituir un califato del sudeste asiático en la misma región. Es la alarma encendida hoy por un alto oficial de las Fuerzas armadas filipinas. La ocupación islamista de la ciudad, que duró 148 días, representa, para las Filipinas, una de las crisis de seguridad más graves de los últimos años y surge el temor de que con sus montañas, junglas y sus fronteras porosas, la isla de Mindanao pueda volverse un imán para los combatientes del Estado islámico (EI) que huyen de Irak y Siria.
El coronel Romeo Brawner declara que los guerrilleros han reunido una fuerza de unos 200 combatientes y que se han enfrentado una serie de veces con el ejército de Manila, luego de que las fuerzas gubernamentales reconquistaran Marawi en octubre pasado. “En la lucha contra la pobreza extendida y las insurrecciones armadas musulmanas que buscan la independencia o el autogobierno, Mindanao debe mejorar la escasa supervisión de las escuelas islámicas o de las madrasas, donde son reclutados muchos jóvenes armados”, agrega el oficial. Brawner informa que las fuerzas armadas se están reorganizando para hacer frente a la amenaza del grupo terrorista Maute, que ocupó la “ciudad islámica” del sur de las Filipinas, tras haber prometido fidelidad al Estado islámico (EI). “Los guerrilleros que huyeron durante los primeros días de la operación militar de Manila orientada a reconquistar Marawi, está dedicados al reclutamiento de nuevos soldados, gracias a las grandes sumas de dinero, pistolas y joyas robadas de los bancos de la ciudad y de casas particulares. “Los reclutas –prosigue Brawner- son en su mayor parte gente local, pero en el último tiempo un número impreciso de indonesios, algunos de ellos con la capacidad de fabricar bombas, han llegado a la isla”.
Fuentes militares de Mindanao informan que en noviembre del año pasado, los Maute asesinaron a tres comerciantes en la ciudad de Piagapo, cerca de Marawi. El 8 de febrero, tres yihadistas fueron muertos en Pantar. En tanto tres de los presuntos asesinos de los comerciantes de Piagapo fueron arrestados en la mimsa ciudad, el mes pasado.
Asimismo, en el mes de enero, los militares entablaron enfrentamientos armados con los Maute en las ciudades de Masiu y Pagayawan. Los nuevos combatientes siguieron las alarmas lanzadas por el presidente filipino Rodrigo Duterte y por otros líderes políticos en la región de Mindanao respecto a la posibilidad de que se produzcan nuevas insurrecciones islamistas. Para contrastar el peligro yihadista, Duterte impuso la ley marcial sobre toda la isla, hasta fin de año. Ebrahim Murad, líder del Moro Islamic Liberation Front (MILF), principal grupo rebelde musulmán de las Filipinas, que firmó un tratado de paz con Manila en 2014, ha denunciado, tres días atrás, las actividades de reclutamiento de yihadistas, “que podrían tomar otra ciudad filipina”.