Katchatheevu, crece la devoción a San Antonio en la ‘isla de los milagros’
de Melani Manel Perera

La ceremonia anual se desarrolló el 24 de febrero. Son muchos los fieles que vienen a dar gracias por las bendiciones recibidas. El dolor por una mano enferma; la ayuda recibida por la educación de los hijos; el celular reencontrado.


Katchatheevu (AsiaNews) – Miles de personas acuden a la isla de Katchatheevu, entre India y Sri Lanka. El motivo son los numerosos milagros realizados por el santo. En ocasión de la celebración anual (24 de febrero, ndr), este año celebrada por primera vez en lengua cingalés y tamil, AsiaNews se encontró con numerosos fieles. Todos cuentan las bendiciones milagrosas que suceden en la vida cotidiana por intercesión del santo.  

“La fuerte vuelve nuestras vidas más felices y llenas de suceso”, narran 3 personas. Jothi Malar, de Rameshwaran, en la India meridional, afirma: “La fuerte fe y la confianza en todo pueden vencer cualquier cosa. Normalmente San Antonio es famoso por ser el santo que ayuda a encontrar las cosas perdidas. Pero yo estoy aquí con mi familia para curar mi mano”.

La mujer refiere que sufre desde hace tiempo de fuertes dolores en su mano derecha y que ha seguido numerosos tratamientos médicos, sin haber obtenido resultados. Al final se decidió rezar a San Antonio. “Le prometí -dice- que si me curaba, iría a visitar su santuario y ofrecería una misa en acción de gracias todos los años. Después de continuas oraciones que duraron 3 meses, mi mano se curó”.  

Arul Soosai, de 57 años, proveniente del pueblo indio de Kunappanendal, es un médico tribal que cura con el agua a sus pacientes enfermos. Para él, esta es la tercera vez que visita la iglesia de la isla. “Hace 3 años -cuenta-  tuve un ataque cardíaco. Mi mujer se dirigió a San Antonio y prometió que me traería aquí todos los años si me curaba. Y así fue, sin uso de remedios. Es un milagro realizado por nuestro amado santo”.

Marian Susila Fernandez, de la diócesis de Chilaw, comparte su milagro. Estaba muy preocupado, pero nos dijeron que esto sucedía para poner a prueba nuestra fe y que la habríamos obtenido antes de dejar la iglesia. De hecho, se nos otrogó la gracia poco después de haber recibido la primera comunión”. El joven es a tal punto devoto del santo que se hizo colocar un retrato tatuado del santo en su tórax.

Victor Muthu Mary Benazia, de Thalai-Mannar, está en la isla con sus dos hijas. Vino a agradecer por la gracia recibida. Explica que “por 14 años vivió como evacuada interna (Internally Displaced People – ndr). Hemos perdido todo a causa de la guerra. Mi marido está enfermo del corazón y no hay remedios. Soy la única que gana algo y llevo el pan a casa. Recé a san Antonio para que me ayudase en la educación de mis niñas. Ellas son muy buenas en la escuela, pero yo no tengo la posibilidad de garantizarles los estudios. Después de tantas oraciones, nuestro problema se resolvió. Estamos muy felices.