A partir de mañana Xi Jinping será presidente ‘hasta cuando quiera’

La Asamblea Popular Nacional se prepara para quitar de la Constitución la norma que pone un límite de dos mandatos a los cargos de presidente y vicepresidente. La censura enseguida bloqueó palabras clave, como “emperador” o “desacuerdo”. Prueba de ello es el creciente número de conexiones que han dejado de funcionar y los chats silenciados.   


Beijing (AsiaNews) – A partir de mañana, Xi Jinping será presidente “hasta cuando quiera” o hasta tanto no suceda algo, que hoy por hoy resulta imprevisible. Es lo que se dice en la vigilia de la reunión de la Asamblea Popular Nacional (APN), en la cual los tres mil delegados del Partido Comunista, el National People’s Congress, votarán por la eliminación de una norma de la Constitución que fija un límite de dos mandatos para los cargos de presidente y vicepresidente. Y crece la oferta de chucherías (en la foto) vinculadas al nuevo curso de los hechos.

La propuesta, que fue descripta por un funcionario a principios de esta semana – y que halla su motivo en un reclamo popular– fue recibida por un gran aplauso de los delegados, pero fuera del aula, en privado, surge el descontento cuando se pide un comentario sobre la abolición de los límites fijados al mandato presidencial, puesto que podría abrir el poder a Xi Jinping por tiempo indeterminado.   

A propósito de ello, el Global Times escribe que la enmienda no significa necesariamente que “el presidente chino vaya a tener un cargo vitalicio”. Sin embargo, la publicación cita a ideólogos del Partido que dicen que China necesita “un liderazgo estable, fuerte y consistente”, sobre todo desde 2020 a 2035 (ver Global Times, 26 de febrero). De acuerdo con un comentario publicado en People’s Daily Online, la tradición de los sanweiyiti (tres cargos en una sola persona) –para referirse a las tres posiciones, de secretario general, de presidente y de director de la Comisión Militar Central, ocupadas por la misma persona- ha mostrado “efectos beneficiosos en el mantenimiento y en la salvaguarda de la autoridad del gobierno central y en la concentración unificada del liderazgo”. La voz del Partido afirma que la revisión de la Constitución facilitará la continuidad de la tradición del sanweiyiti (People’s Daily Online, 26 de febrero).

Pero a medida que la propuesta se difundió en Wechat, la principal plataforma de redes sociales en China, hubo signos de incredulidad y cinismo en relación al retorno casi inevitable de un soberano vitalicio, algo que la nación no presenciaba desde la muerte de Mao, allá por 1976. Y esto, a pesar de que la omnipresente censura de Internet intervenía para eliminar cualquier referencia negativa, bloqueando palabras clave, como “emperador” y “desacuerdo”. Prueba de ello es el creciente número de conexiones que han dejado de funcionar, y los chats que se han silenciado. Y mientras crece la mordaza sobre Internet, un número creciente de chinos parece decidido a escalar el llamado “Great Firewall” para dar con información no filtrada. Al mismo tiempo, ceñida entre la censura y los eslóganes de propaganda, la frase que la gente sigue mencionándome con frecuencia es atribuida a Mao: “Las masas tienen vista de lince”.

Pero a pesar de la queja generalizada en relación a la brecha de ingresos, al aumento del costo de vida y a la falta de movilidad social ascendente, se comparte el orgullo por un crecimiento económico sin precedentes, incluso bajo el mandato del mismo Xi, desde fines de 2012.