Mindanao, Silsilah por la ‘esperanza y la paz’ después de la guerra

El movimiento ha dedicado una actividad artística a los niños Maranao. Miembros cristianos y musulmanes reinician el Fórum en la Mindanao State University (Msu). A Malabang, donde los cristianos son una minoría en fuga, una religiosa se queda para continuar su actividad pastoral como “testigo del amor”


Mindanao (AsiaNews) – Se continúan las iniciativas de la esperanza y de la paz entre los musulmanes y los cristianos de Mindanao, promovidos por el movimiento para el diálogo y la paz Silaslah (en árabe: cadena, ligamen-Ndr), fundado por el misionario del PIME, el p. Sebastiano D’Ambra en 1984.

El pasado 23 de octubre, el gobierno filipino declaró el fin de los combates en la ciudad “islámica” de Marawi, unos 5 meses después que centenares de yihadistas han atacado a la ciudad meridional, en un audaz intento de transformarla en una “provincia” del Estado islámico (EI. Ex Isis). Las violencias han causado la devastación de la ciudad y la muerte de al menos 1.131 personas, suscitando tensiones étnico-religiosas en el territorio, donde está concentrada la mayor parte de la población musulmana de Filipinas, cerca del 20% de la total.

Recordando los sufrimientos de la población de la isla durante la crisis, Silsilah renovó en más de una ocasión el propio compromiso contra el odio religioso e invitó a los cristianos y musulmanes a no perder la esperanza. Hace dos semanas, con el apoyo de la parroquia de Quiapo (Manila), el movimiento realizó una actividad artística para los niños Maranao (etnia islámica de Mindanao, Ndr), principales víctimas de la guerra. Gracias también a la contribución de algunos miembros provenientes de Iligan y otros pertenecientes a la comunidad Maranao, Silsilah reunió a centenares de muchachos para ayudarlos a superar el trauma a través de dibujos y pinturas. Los voluntarios los han guiado para expresar en las obras su propio dolor, pero también el deseo de paz.

Otra iniciativa que Silsilah está llevando adelante para ayudar a la población de Marawi es la reapertura de su Fórum en la Mindanao State University (Msu), gran universidad construida en los primeros años Setenta con la finalidad de promover la armonía religiosa en el campo de la educación e instrucción. Después del conflicto, se teme que la MSU deba recomenzar casi de cero, pero Silsilah renueva su compromiso intensificando la presencia de sus miembros y benefactores del instituto.

Otra historia de esperanza, que el movimiento para el diálogo y la paz comparte en su boletín mensual “Oasis News”, es aquella de una religiosa que realiza su actividad pastoral en Malabang, pueblo cerca de Marawi. En la ciudad donde los cristianos son una minoría siempre más pequeña, ya que muchos de ellos partieron por el miedo, la religiosa decidió permanecer como “testigo de amor”, no obstante la amenaza constituida por algunos grupos radicales, que desde hace tiempo rinden la vida más difícil la vida de los no musulmanes. En el pueblo, hay algunas familias islámicas que a menudo protegen y ayudan a los cristianos, atacados por la violencia de los extremistas. En esta situación, la religiosa está viviendo de la solidaridad de algunos amigos musulmanes y cuando está llena de miedo encuentra fuerza en la “Oración de la armonía”, aprendida durante un curso de verano organizado por Silsilah en Zamboanga.