Ascesis, ejercicios, doping: la Iglesia rusa se prepara para el mundial de fĂștbol
de Vladimir Rozanskij

El campeonato mundial se llevará a cabo del 14 de junio al 15 de julio. Kirill elogia el deporte y lo compara con el ascetismo, pero desprecia el doping y la búsqueda de éxito a cualquier costo. Centros deportivos en las parroquias. El patriarca de Moscú practica ejercicio físico y deporte con regularidad, y ha pedido a los sacerdotes que sigan su ejemplo.


Moscú (AsiaNews) – Con ocasión del campeonato mundial de fútbol que se inaugurará en breve en Rusia (14 de junio-15 de julio), el Patriarca de Moscú, Kirill (Gundjaev) invitó a los deportistas a una ascesis. Sin autocontrol y auto-limitación, dijo Kirill, “los atletas de alto nivel no serán capaces de resistir a las tentaciones de la gloria, y deben tratar de no perder la cabeza”.  

El patriarca asegura que en la vida espiritual, sucede lo mismo: “no hay logro sin disciplina, sin sacrificios. Precisamente es en este punto que se sientan las bases de la profunda interconexión entre la Iglesia y la visión cristiana del deporte”, destacó el responsable de los ortodoxos rusos en el día de ayer, durante la reunión de la Comisión Patriarcal de Cultura y Deporte. Si se analizan los logros de los deportistas y su biografía, allí donde la gloria y la vanidad cobran viento a favor, el camino de la vida se transforma en una derrota. Mientras el campeón está en el pedestal, todo marcha bien, pero cuando deja de hacer deporte, “las ambiciones personales comienzan a roer y a arruinar todo desde adentro; por eso, que lo deportivo vaya acompañado de una fuerza espiritual constituye un deber absoluto, sobre todo, a alto nivel”, concluyó el patriarca, recomendando a los sacerdotes que estén cerca de los atletas.

Siguiendo con lo desarrollado durante la reunión de la Comisión, Kirill hizo suya, y al mismo tiempo relanzó, la necesidad de desarrollar actividades deportivas dentro de la vida parroquial. “El deporte atrae a los jóvenes, y también a la participación en la vida parroquial, y por otro lado, ayuda a los chicos a formarse en una relación adecuada con la actividad física y con el deporte”, dijo el patriarca. Y recomendó elaborar principios metodológicos para la formación de secciones deportivas y clubes diocesanos, que incluyan entrenamiento, carreras y campeonatos a nivel eclesiástico y local.

El guía espiritual de los rusos dijo que él practica con regularidad ejercicio físico y deporte, para poder cumplir plenamente con sus deberes, y aconsejó a todos los sacerdotes que sigan su ejemplo. “El deporte te mantiene en forma y refuerza las cualidades volitivas… ¡mens sana in corpore sano!” recordó a todos el patriarca Kirill. También recalcó que “el deporté no es un enemigo del cristianismo”, a excepción de aquellos deportes cuyo principal objetivo es provocar el máximo de golpes, o incluso la muerte de la persona, como suele ocurrir en las competencias ilegales de lucha sin reglas.

El patriarca también fue tajante en sus críticas al uso del doping, por contradecir éste la concepción cristiana del logro del resultado a través de pruebas y mediante la fuerza de voluntad: “Semejante pretensión de lograr posibilidades sobrenaturales tiene raíces espirituales nocivas. Uno no puede elevarse más allá de sí, con medios que puedan provocar un daño a la salud, e incluso [poniendo en peligro] la vida de la persona”, declaró Kirill, comparando nuevamente a los atletas con los ascetas, que son conscientes de que deben renunciar para alcanzar determinadas metas.