La próxima reunión tendrá lugar entre el 20 y el 26 de agosto, con 100 familias por cada parte. "Tenemos que partir de las pequeñas cosas concretas que tenemos en común - dice el obispo de Daejeon - no de lo que nos separa. Esto nos hará sentir cada vez más que somos hermanos, que debemos vivir juntos". El dolor de los parientes obligados a despedirse, sin saber cuándo volverán a verse. Los sobrevivientes luchan "contra el tiempo" tratando de mantenerse saludables.
Daejeon (AsiaNews) - El encuentro entre familiares separados por la guerra es el primer paso "humano" para redescubrir a "hermanos y hermanas" en Corea. Por lo tanto, comenta monseñor Lazzaro You Heung-sik, Obispo de Daejeon, el anuncio hecho hoy por las delegaciones de la Cruz Roja de las dos Coreas: la próxima reunión de familiares se llevará a cabo entre el 20 y 26 de agosto en la montaña Kumgang (en el Norte), con participación de 100 familias por cada parte.
"Durante la guerra - recuerda el prelado - 10 millones de familiares han sido separados. La guerra terminó en 1953, hace 65 años. Los hermanos, las hermanas y los padres divididos son ahora ancianos y desean volver a verse antes de morir. ¿Qué es más humano que permitir que hermanos separados por la fuerza se encuentren? Es el primer paso: somos hermanos y hermanas".
"Hay muchos muros y prejuicios", continúa monseñor You - entonces el problema debería resolverse con cosas pequeñas. Este de la familia es la más urgente, la más importante. De una manera humana, comenzando con cosas pequeñas, todo puede ser resuelto. Tenemos que partir de las pequeñas cosas concretas que tenemos en común, no de lo que nos separa. Esto nos hará sentir cada vez más que somos hermanos, que debemos vivir juntos".
"En el pasado, ha habido varias ocasiones de reunión de familias separadas. Sin embargo, la relación inestable entre el Sur y el Norte no permitió la continuidad de estas reuniones. Cuánto sufrimiento entre los miembros de la familia separados que se vieron obligados a saludar a sus padres, madres, hermanos y hermanas, sólo por unos días, sin saber cuándo podrían volver a verse. Esta tragedia debe terminar tan pronto como sea posible. He escuchado de algunos miembros de la familia separados, ya muy avanzados en edad, que están luchando contra 'el tiempo’. Hacen todo lo posible para mantener una buena salud tanto como pueden, hacen deporte, etc., en la esperanza de que sus hermanos y hermanas sigan viviendo en el Norte y puedan finalmente reunirse de nuevo. El pueblo coreano siente una gran tristeza y llora por esta tragedia que aún continúa. En la península de Corea, el trauma de la Guerra Fría continúa con tantas lágrimas".
En conclusión, el obispo dice: "Espero que esta reunión de familias separadas abra la posibilidad de más ayuda humanitaria. Para ayudarnos como hermanos, concretamente, porque podemos abrir nuestros corazones: somos la misma familia".
La última reunificación tuvo lugar en 2015. Según los datos de Seúl, 57.920 miembros de la familia siguen vivos, de los cuales el 86,2% tienen más de 70 años. Desde la primera ocasión en 2000, se han celebrado 20 reuniones que han permitido que 20 000 personas se reúnan de nuevo: solo el 15% del total registrado.