Papa: Iglesia católica oriental perseguida por el comunismo y el fanatismo

La solidaridad de todo el mundo católico "ha venido a hacer frente a las emergencias de guerras y migraciones, pero sobre todo ha podido garantizar la vida de las Iglesias, las actividades pastorales y de evangelización, las obras sociales y de bienestar". La identidad y la vocación distintivas de Jerusalén "deben preservarse más allá de las diversas tensiones y disputas".


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - La solidaridad que ha permitido a las Iglesias orientales católicas "continuar el testimonio evangélico duramente probado, a menudo a través del dolor y la persecución, primero por los regímenes totalitarios de Europa del Este, luego, más recientemente, desde formas de fundamentalismo y fanatismo con pretextos religiosos y conflictos que no parecen querer cesar especialmente en el Medio Oriente".

La preocupación y la solidaridad de toda la Iglesia católica de los cristianos de Oriente hoy en día se ha expresado en las palabras del Papa Francisco a los participantes en la reunión de la Ayuda a las Iglesias Orientales (ROACO), se reunieron en Roma con ocasión de la 91° Asamblea Plenaria que este año coincide con la 50° fundación del mismo ROACO, a la que pronunció el discurso que había preparado.

En el documento, Francisco enfatiza que, "gracias a la generosidad de muchos fieles de todo el mundo", fue posible que las Iglesias orientales católicas, tanto en la madre patria como en la diáspora, se desarrollasen. "La solidaridad concreta que has expresado ha venido a hacer frente a las emergencias de las guerras y las migraciones, pero sobre todo ha sido capaz de garantizar la vida de las Iglesias, las actividades pastorales y de evangelización, las obras sociales y de bienestar. Todo esto muestra el rostro de la Iglesia de Cristo que anuncia el Evangelio con obras y palabras, haciendo presente la misma caridad de Dios hacia cada hombre".

"Las Iglesias orientales católicas, que son testigos vivos de los orígenes apostólicos, son llamada de una manera especial para preservar y difundir una chispa de fuego pentecostal: se llaman todos los días para volver a descubrir su presencia profética en todos los lugares donde están los peregrinos. A partir de Jerusalén, la ciudad santa, cuya identidad y vocación específica debe ser preservada más allá de las diversas tensiones y disputas políticas, la presencia de los cristianos, aunque pequeño rebaño, toma del Espíritu la fuerza para la misión de testigo, hoy más urgente que nunca. De los lugares sagrados donde el sueño de Dios se cumplió en la Encarnación y de la Muerte y Resurrección de Jesucristo, es un renovado espíritu de fortaleza que anima a los cristianos de Tierra Santa y Oriente Medio para comprender su vocación específica y dando razones para la fe y la esperanza. Los hijos e hijas de las Iglesias orientales católicas pueden proteger su caridad profética, de anunciar el Evangelio de Jesús, incluso en contextos que son a menudo los más secular de nuestro Occidente, donde llegaron como inmigrantes o refugiados. Que encuentren aceptación tanto en el plano práctico como en el ámbito de la vida eclesial, preservando y desarrollando el patrimonio de sus tradiciones. Así, también gracias a su ayuda, puede dar fe de nuestro corazón, a veces insensible, que todavía vale la pena vivir y sufrir por el Evangelio, a pesar de estar en minoría o incluso perseguidos, porque el Evangelio es la alegría y la vida de hombres y mujeres de todos los tiempos".