Chiang Rai, los ‘Wild Boars’ salen del hospital y relatan el ‘rescate milagroso’

El grupo participó en una conferencia de prensa. El gobernador de la provincia de Chiang Rai, Prachon Pratsukan, resaltó que ya “no habrá otros” como ellos. El entrenador del equipo: “Nos turnábamos para cavar en las paredes de la caverna”. Titan, el menor de los chicos: “No tenía fuerzas. Trataba de no pensar en la comida, y así no tuve más hambre”.


Chiang Rai (AsiaNews/Agencias) – “Nuestro rescate fue un milagro”. Así lo afirmó Adul Sam-on, de 14 años, en la primera aparición pública de los “Wild Boars”, el equipo de fútbol que quedó atrapado durante 18 días en las cuevas inundadas de Tham Luang.

Acompañados por el personal médico que se ocupó de atenderlos durante su convalecencia, esta tarde, los 12 jóvenes futbolistas y su entrenador dejaron el hospital de Chiang Rai. Luego, el grupo participó en una conferencia de prensa, durante la cual los chicos respondieron a algunas preguntas que los cronistas previamente habían sometido al examen de las autoridades.

El gobernador de la provincia de Chiang Rai, Prachon Pratsukan, resaltó que “luego de esta entrevista, por parte de los chicos no habrá otras”. En la sala de prensa, los parientes y amigos recibieron a los sobrevivientes, que vestían camisetas de fútbol y llevaron algunos balones sobre el escenario.  Los “Wild Boars” luego recorrieron algunos de los momentos más delicados de la tragedia que los tuvo como protagonistas.

“Nos turnábamos para cavar en las paredes de la cueva –cuenta el entrenador, Ekkapol Chantawong, que se convirtió en un héroe por haber mantenido a los chicos con vida-. No queríamos aguardar hasta ser encontrados por las autoridades. Titan, el miembro más joven del equipo, afirmó: “No tenía fuerzas. Trataba de no pensar en la comida, y así no tuve más hambre”. “Lo único que tomábamos era agua”, agregó un compañero cuyo apodo es Tee.

Por último, los “Wild Boars” dirigieron su pensamiento al buzo que perdió la vida en las operaciones de rescate. Ekkapol revela que, al saber de la muerte -recién cuando estaban en el hospital-, “todos los muchachos estaban muy tristes” y “se sentían culpables por el sufrimiento de su familia”.