Papa Francisco: la pena de muerte es ‘inadmisible’. Se corrigió el Catecismo de la Iglesia católica

Con un rescripto, el pontífice introdujo una nueva redacción del Art. 2267 que prohíbe el uso de la pena de muerte y compromete a la Iglesia para su abolición en el mundo. El artículo según figuraba anteriormente (publicado en 1992) admitía el recurso a la ejecución capital, si bien con extrema cautela. China, Arabia Saudita, Irán están entre los países que cuentan con más condenas a muerte.


Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- “La pena de muerte es inadmisible porque atenta a la inviolabilidad y a la dignidad de la persona”; por esto la Iglesia “se compromete con determinación para su eliminación en todo el mundo”. La cita de un discurso del Papa Francisco y la conclusión de son introducidos desde hoy en el Catecismo de la Iglesia católica, eliminando la posibilidad de recurso a la pena de muerte, que en cambio estaba admitido- si bien con extrema cautela- en la edición precedente.

Un rescripto firmado por el Card. Luis Ladaria, prefecto de la Congregación para la doctrina de la Fe, fue difundido hoy por la Sala de prensa vaticana con una nueva redacción del Art. n° 2267 del Catecismo de la Iglesia católica.

El texto es el siguiente:

“2267. Por mucho tiempo el recurso a la pena de muerte por parte de la legítima autoridad, después de un proceso regular, fue considerado como una respuesta apropiada  a la gravedad de algunos delitos y un medio admisible, aunque extremo, para la tutela del bien común”.

“Hoy está cada vez más viva la conciencia de que la dignidad de la persona no se pierde ni siquiera después de haber cometido crímenes muy graves. Además, se ha extendido una nueva comprensión acerca del sentido de las sanciones penales por parte del Estado. En concreto, se han implementado sistemas de detención más eficaces, que garantizan la necesaria defensa de los ciudadanos, pero que, al mismo tiempo, no le quitan al reo la posibilidad de redimirse”.

Por lo tanto la Iglesia enseña, a la luz del Evangelio, que «la pena de muerte es inadmisible, porque atenta contra la inviolabilidad y la dignidad de la persona» [1] y se compromete con determinación a su abolición en todo el mundo”.

En la anterior redacción del artículo 2267 del Catecismo aprobado en 1992, en tiempos del Juan Pablo II, es la siguiente:

“ 2267 La enseñanza tradicional de la Iglesia no excluye, supuesta la plena comprobación de la identidad y de la responsabilidad del culpable, el recurso a la pena de muerte, si esta fuera el único camino posible para defender eficazmente del agresor injusto seres humanos”.

Sin embargo, “si los medios incruentos bastan para proteger y defender del agresor la seguridad de las personas, la autoridad se limitará a esos medios, porque ellos corresponden mejor a las condiciones concretas del bien común y son más conformes con la dignidad de la persona humana”.

Hoy, en efecto, como consecuencia de las posibilidades que tiene el Estado para reprimir eficazmente el crimen, haciendo inofensivo a aquél que lo ha cometido sin quitarle definitivamente la posibilidad de redimirse, los casos en los que sea absolutamente necesario suprimir al reo “suceden muy rara vez, sino que son casi prácticamente inexistente” [Evangelium vitae, n. 56]”

En los años pasados, el mismo Papa Francisco había apoyado la campaña para una“moratoria

universal” de las ejecuciones capitales.

Entre los países que recurren a la pena de muerte están China, Arabia Saudita, Irán.

[1] Francisco , Discurso a los participantes en el encuentro promovido por el Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización (11 de octubre de 2917): (L´Osservatore Romano (13 de Octubre de 2017), 5.