Mons. Barwa: Las dificultades de las familias se superan con la fe en Cristo
de Nirmala Carvalho

Arzobispo de Cuttack-Bhubaneswar: “Las oraciones de los cristianos del Kandhamal son un regalo para todos”. Luego, una invitación: “No tengan miedo, pongan su confianza en Jesús, recen y ayunen. Y todas las dificultades serán superadas”. 


Cuttack-Bhubaneswar (AsiaNews) – “Todas las dificultades de las familias pueden ser superadas, gracias a la fe en Nuestro Señor Jesucristo, con la oración, y el ayuno. Al final, se obtiene la paz”. Al dialogar con AsiaNews, esto es lo que dice Mons. John Barwa, el arzobispo de Cuttack-Bhubaneswar. Mientras en Dublín se está desarrollando el Encuentro mundial de las Familias,  el arzobispo habla justamente de los desafíos que tienen ante sí las parejas de  Kandhamal. Luego, recuerda que el Card. Oswald Gracias, presidente de la Conferencia episcopal india (CBCI), presidirá la misa dominical del 26 de agosto en Irlanda. Es por eso que él no podrá estar presente en la Misa de Reconciliación, Acción de Gracias y Paz que la diócesis celebrará el día 25, con ocasión del 10º aniversario de los pogromos de Orissa. Luego, él subraya: “Todas las familias de Orissa ruegan por el encuentro [de Dublín], hacen llegar sus oraciones y piden bendiciones para Orissa, para la India y para todo el mundo”.

Según el arzobispo, las plegarias de los cristianos de Kandhamal, que en el año 2008 fue marcado por la más feroz persecución contra los cristianos que se haya perpetrado jamás en la India, “son un regalo para todos”. Con estas oraciones, agrega, “queremos reforzar a las familias, fortalecer los lazos y construir las relaciones familiares”.

Mons. Barwa resalta que “los desafíos existen en todas las familias, prescindiendo de su riqueza o de su pobreza, o de su pertenencia a una determinada casta o grupo tribal. Sin embargo, estos desafíos pueden ser superados encomendándonos a Cristo”. Luego él recuerda que después de los pogromos del 2008, “la asociación “Parejas para Cristo”, vino a servir aquí durante un año y ayudó a reconstruir las familias, que estaban despedazadas por el dolor. En ese período, uno de ellos se enfermó y fue internado en el hospital. Apenas se curó, volvió a ocuparse de las familias. Él ha sido un gran testigo [de la fe]”.  

El arzobispo sostiene que “la comunidad cristiana cree en un Dios, un Dios que es perdón, reconciliación y paz. Aunque hayan pasado 10 años, recordamos hasta qué punto pueden herir a nuestra sociedad el odio y la ira. Deseamos recordar lo que ocurrió, para que no vuelva a pasar. No tenemos hostilidad hacia nadie. Como dice el apóstol San Pablo, creemos que podemos estar ‘atribulados en todo, más no aplastados; turbados, más no desesperados; perseguidos, más no abandonados; derribados, más no aniquilados.’ (2 Corintios 4: 8-9)”. “Este es el poder de la Buena Noticia para las familias –continúa el arzobispo- es decir, que Jesucristo vence cualquier problema y tribulación”. Y por último, invita: “No tengan miedo, pongan su confianza en Jesús, recen y ayunen. Y todas las dificultades serán superadas”.