En Bagdad, populistas de al Sadr y Abadi se alían para formar nuevo gobierno

Dieciséis movimientos y partidos políticos llegaron a un acuerdo, para dar nacimiento al más importante bloque parlamentario, con 177 escaños (sobre un total de 329). Hoy es la sesión inaugural de la Cámara, que deberá elegir el próximo presidente del Parlamento. Y dentro de 30 días, le tocará elegir jefe de Estado.


Bagdad (AsiaNews/Agencias) – Dieciséis movimientos y partidos políticos iraquíes -entre los cuales figura la lista populista del líder radical chiita Moqtada al-Sadr, vencedor de las elecciones celebradas en mayo pasado- y la facción del premier saliente Haider al-Abadi, darán vida al bloque parlamentario más importante dentro del Parlamento iraquí. El acuerdo logrado anoche garantizará, a quienes lo firmaron, la posibilidad de poner en marcha el proceso para la formación del nuevo gobierno.  

Un estrecho colaborador de Abadi ha explicado que el bloque comprende 177 diputados electos en las elecciones legislativas de mayo. Se trata de un número que supera la mitad de los 329 escaños que constituyen el Parlamento, y que representa una sólida base de apoyo en el recinto para el futuro Ejecutivo.   

Esta mañana está prevista la sesión inaugural del nuevo Parlamento, durante la cual será electo el presidente (por tradición, sunita), y los dos vice que habrán de acompañarlo.  

Los diputados tienen luego un plazo de 30 días para elegir al futuro presidente de la República, que debiera ser kurdo, ateniéndose a la historia reciente del país. Éste deberá obtener dos tercios del total de escaños parlamentarios. Una vez electo, tendrá 15 días para encomendar al bloque más numeroso –en este caso, la alianza entre Sadr y Abadi- la formación del nuevo gobierno.

Los partidos kurdos, que están atravesando divisiones internas, aún deben oficializar los nombres de los candidatos para el cargo de presidente, cargo que, si bien constituye el más importante del país, reviste un rol en gran parte simbólico. Al mismo tiempo, es casi seguro que el premier saliente  Haider al-Abadi –que cuenta con el respaldo de Occidente y obtuvo el tercer puesto en las últimas elecciones– se mantendrá en el cargo de jefe de gobierno.  

Ciertos analistas y expertos recuerdan que el sistema político iraquí ha sido estudiando a fin de que ningún líder o grupo político pueda dominar la cámara; el objetivo de ello es impedir el retorno de un dictador o de un hombre (demasiado) fuerte, luego de la caída del rais Saddam Hussein, en el 2003.

La inicio de las sesiones parlamentarias y el surgimiento de un bloque que cuenta con los números para formar el nuevo gobierno, pone fin a meses de duda e incertidumbre vinculadas a las acusaciones de fraude, surgidas tras la votación pasada. El país puede dejar atrás un largo período de parálisis política y afrontar los numerosos desafíos pendientes de resolver: la guerra contra los yihadistas del Estado islámico (EI, ex ISIS), la crisis económica, la desocupación, la corrupción y el retorno de los migrantes y desplazados, incluso cristianos