Onufrij de Kiev: no nos sirve la auto-cefalia ucraniana
de Vladimir Rozanskij

Moscú suspende las relaciones con Constantinopla. Rechazada “la invasión de campo” de los representantes del Fanar en el territorio canónico moscovita. Onufrij tomas distancia de cualquier interpretación política.

 


Moscú (AsiaNews)- El metropolitano Onufrij (Berezovsky), jefe de la Iglesia Ortodoxa de Ucrania ligada al Patriarcado de Moscú, concedió una entrevista ayer durante el programa televisivo ruso Al mattino su inter, en el cual se desarrollan temas “calientes” de la red y de la redes sociales. Mientras tanto, el Sínodo de Moscú lanzó pesadas acusaciones contra el patriarcado de Constantinopla, rompiendo toda relación. En el centro del debate está la posible concesión de la “auto-cefalia” o total independencia de Moscú de la iglesia ortodoxa ucraniana y el envío de 2 representantes del Fanar para estudiar la situación.

En la entrevista Onufry, líder de la mayor agrupación de ortodoxos en Ucrania, reafirmó su convicción de estar ya en una situación canónica de suficiente autonomía.  

La parte “moscovita” de la Iglesia ucraniana, de hecho, está organizada en modo independiente, si bien participa en las actividades de la Iglesia ortodoxa rusa. Comentando las polémicas actuales, a Onufrij le interesa precisar que “hoy se tratan según categorías políticas, como si no fuese Cristo que nos guía, sino alguno del Partido. Si hubiese querido ser político, probablemente lo habría logrado, sin necesidad de revestirme de estos ornamentos sagrados… Aquellos que se pone la sotana y luego hacen política, construyendo fantásticos planes políticos, son simplemente personas deshonestas, que no logrando ser realmente curas, tratan de atraer la atención del público usando la autoridad espiritual de la cual son investidos”.

Onufrij reafirma que “nosotros somos un Iglesia independiente. Tenemos todas las necesarias atribuciones de la autonomía que nos sirven hoy para el normal servicio a Dios y al pueblo: tenemos nuestro Sínodo, la Conferencia de los obispos, que toma sus decisiones en absoluta autonomía, sin que nadie tenga sobre ellas ningún poder de veto. esto vale también para el tribunal eclesiástico, para las estructuras administrativas y económicas… el Tomos de auto-cefalia sería para nosotros una limitación de la libertad de la cual hoy gozamos y no nos sirve para nada”.

Para el metropolitano de Kiev las relaciones con Moscú son “normales”, siguiendo las tradicionales relaciones espirituales, canónicas y culturales, que por otro lado la iglesia tiene con todo hombre y todo pueblo: “La iglesia los ama a todos, nosotros amamos a moscú, amamos a los rusos, pero también a los americanos, a los africanos y a los asiáticos. No tenemos enemigos ni adversarios y rezamos por todos”.

Onufrij también considera que los dos “exarcas” enviados de Constantinopla a Ucrania representan una medida anti-canónica y no necesaria. A propósito de esto el Sínodo de Moscú emitido una declaración oficial en la cual expresa el “profundo desacuerdo y disgusto” por la decisión de Bartolomé, sin ponerse de acuerdo con el mismo Onufryj y que constituye una “invasión de una Iglesia local en el territorio de otra”. Los “representantes del Fanar”, como son llamados en la nota de Moscú los dos visitadores (sin nombrarlos) se limitarían a hacer propaganda de la tesis según la cual “la metropolia de Kiev no estaría jamás sometida a la jurisdicción de Moscú”, al contrario de cuanto sostienen los rusos.

En realidad los dos enviados de Constantinopla, el arzobispo Daniel de Pamphilon (EEUU) y el obispo Hilario de Edmonton (Canadá), son dos prelados nacidos en Ucrania y en servicio sobre todo a la gran diáspora ucraniana en América del Norte y no es la primera vez que vuelven a su país natal para desarrollar misiones de diálogo e informaciones para el Patriarcado ecuménico. Más allá de las reacciones casi apocalípticas de Moscú, que de hecho suspendió las relaciones con Bartolomé a menos de 2 semanas del encuentro con Kirill del 31 de agosto, los dos obispos no tienen autoridad para ejercitar sobre el clero local, sino sólo la tarea de verificar los posibles cambios de esta larga diatriba.

Concluyendo su entrevista, el metropolitano Onufrij trató de calmar a sus fieles, tomando las distancias de toda interpretación política y garantizando que “nuestra Iglesia permanecerá hasta el final de los tiempos, porque el señor nos dijo que las puertas del infierno no prevalecerán contra ella”. Por lo tanto no habrá prevaricación tampoco de parte de Turquía en el antiguo patriarcado y en sus pretensiones hegemónicas. A menos de que no se trate de hegemonía, sino de una nueva estación de la comunión ortodoxa universal.