El Papa en los Países Bálticos: salir de sí mismos, solidarizándose y aceptando las diferencias

El encuentro con miles de jóvenes que bendijeron a Francisco. “No permitir que el mundo les haga creer que es mejor caminar solos. Si se está solos, no se llega jamás. Podrás tener éxito en la vida, pero sin amor, sin compañeros, sin un pueblo”. 


Vilna (AsiaNews) – “Salir de nosotros mismos, arriesgarse a estar ‘cara a cara’ con los demás, para ayudarlos, para estar disponibles para con ellos y “acogiendo a su vez, la presencia y la diversidad de los demás como un don y una riqueza en nuestra vida”. Es el mensaje que el Papa Francisco trajo a Lituania en las dos citas de la tarde, en Vilna: primero, en el Santuario Mater Misericordiae y luego, en la plaza de la Catedral, en un encuentro con miles de jóvenes.

En un país que ha sido capaz de superar las ocupaciones y la violencia sufrida en los últimos 70 años, ante la presencia de la Presidente de la República, Dalia Grybauskaitė, Francisco dijo: “hemos conocido demasiadas fortalezas en nuestro pasado, pero hoy sentimos la necesidad de mirarnos a la cara, y de reconocernos como hermanos, de caminar juntos descubriendo y viviendo, con alegría y paz, el valor de la fraternidad (Exhort. (cf. Evangelii gaudium, 87). Todos los días, a este lugar llega, para visitar a la Madre de la Misericordia, una multitud de personas provenientes de muchos países; lituanos, polacos, bielorrusos y rusos; católicos y ortodoxos.  Esto hoy se ha vuelto posible por la facilidad de las comunicaciones, por la libertad de circulación entre nuestros países. ¡Qué hermoso sería , si a esta facilidad de moverse de un lugar a otro, se sumase, también, la facilidad para establecer puntos de encuentro y una solidaridad entre todos, para hacer circular los dones que gratuitamente hemos recibido, para salir de nosotros mismos y entregarnos a los demás, acogiendo a su vez la presencia y la diversidad de los demás como un don y una riqueza en nuestra vida”.

Pero el momento central de la jornada se produjo estando en medio de miles de jóvenes entusiastas (en la foto). El Papa les propuso abrirse a los demás, incluso a los ancianos, que representan, y son, “las raíces”. Un subrayado significativo, en la plaza de una catedral que las autoridades comunistas habían transformado en una pinacoteca, llevándose de allí las reliquias de San Casimiro, el santo de Lituania.  

Una realidad a la cual Francisco se refirió al recordar que “más de una vez, este templo fue devorado por las llamas, fue derribado, y sin embargo, siempre hubo quienes decidieron construirlo de nuevo, que no se dejaron vencer por las dificultades, que no dejaron caer sus brazos”. “La libertad de su Patria también fue construida sobre aquellos que no se dejaron abatir por el terror y la desdicha”.

Luego, Francisco recomendó a los jóvenes “no permitir que el mundo les haga creer que es mejor caminar solos. Estando solos no se llega jamás. Podrás tener éxito en la vida, pero sin amor, sin compañeros, sin un pueblo. No se puede caminar solos. No cedan a la tentación de concentrarse en ustedes mismos, de volverse egoístas o superficiales ante el dolor, ante las dificultades o el éxito pasajero. Afirmemos una vez más que ‘lo que le suecede a otro, me sucede a mí’, vayamos contra la corriente de este individualismo que aísla, que nos hace volvernos egocéntricos y vanidosos, preocupados solamente por la imagen y por el propio bienestar”. “Es fea la vida ante al espejo, mientras que la vida con los demás es bella”.

Al final del encuentro, siguiendo una tradición lituana, los jóvenes alzaron el brazo y bendijeron a Francisco.