Sínodo: Francisco se reunió con los dos obispos chinos

Card. de Rocha: para quien desea acompañar a los jóvenes hacia una vida plena, subrayó, “es imprescindible conocer las realidades que ellos viven, empezando por las más dolorosas como el descontento, la guerra, la cárcel, las migraciones y todos los demás tipos de pobreza”. 


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Esta mañana, el Papa Francisco tuvo un breve encuentro con dos obispos chinos que están participando del Sínodo. Mons. José  Guo Jincai y Mons. Juan Bautista Yang Xiaoting saludaron al Papa al darse inicio a la labor sinodal y cruzaron algunas palabras.

En tanto, ayer, el relator general, Card. Sergio de Rocha, se refirió al método que será utilizado durante el trabajo, subrayando que “optar por el discernimiento, en lugar de por soluciones prefabricadas dictadas por el ‘siempre se hizo así’, implica la asunción del riesgo de crear senderos nuevos”. Él manifestó la esperanza de que “este Sínodo sea una experiencia bella, para restablecer y regenerar esas alianzas intergeneracionales que dan solidez y seguridad al mundo y a la Iglesia”. 

En el desarrollo del Sínodo, prosiguió, cada semana de trabajo se concentrará sobre una de las tres partes del “Instrumentum Laboris”: reconocer, interpretar y elegir. La primera etapa durará una semana, alternando momentos de trabajo con momentos de trabajo en grupo (“congregaciones generales”) y trabajos en grupos más reducidos (círculos menores”) y se reflexionará sobre la “primera parte” del “Instrumentum Laboris”, justamente caracterizada por el verbo “reconocer”. Esto significa “ponerse frente a la realidad no para un ‘análisis sociológico, sino con la mirada del discípulo, observando las hormas y las huellas del paso del Señor con una actitud abierta y acogedora”. Para quien desea acompañar a los jóvenes hacia una vida en plenitud, subrayó después, “es imprescindible conocer las realidades que ellos viven, empezando por aquellas más dolorosas como el descontento, la guerra, la cárcel, las migraciones y todos los demás tipos de pobreza”. Es igualmente necesario “dejarse interpelar por sus inquietudes, incluso cuando cuestiona las praxis de la Iglesia (por ejemplo la vivacidad de la liturgia o el rol de la mujer) o en lo que se refiere a cuestiones más complejas, como la afectividad y la sexualidad. Además es importante tomar conciencia de los puntos fuertes de la presencia de la Iglesia en el mundo juvenil así como de sus debilidades, partiendo de la escasa familiaridad con la cultura digital”.

Luego el cardenal, estigmatizó las visiones fatalistas que ven la vida como determinada por el destino o como fruto del azar. En cambio, es fundamental, reconquistar “una interpretación vocacional de la existencia humana”, porque la vocación es el centro en torno al cual y hacia el cual convergen todas las dimensiones de la persona. Es justamente en este horizonte de “cultura vocacional” que encuentra sentido el compromiso específico por el cuidado de las vocaciones sacerdotales y de la vida consagrada, que deben ser entenidas, por lo tanto, no desde una lógica del privilegio o del poder, sino como un servicio a ofrecer. En concreto, es necesario, interrogarse también sobre el rostro de la comunidad y de la Iglesia que se está ofreciendo a los jóvenes y ante todo, ponerse a la escucha de Dios.