Miles de cristianos, musulmanes e hindĂșes recibieron los restos del P. Marino Rigon (Fotos)
de Sumon Corraya

En 60 años de misión, desarrolló un rol fundamental en la lucha contra la pobreza, en la educación, asistencia médica y desarrollo económico de las personas postergadas. En 1971, durante la guerra de liberación de Bangladés, el sacerdote javeriano brindó atención médica a los Combatientes por la libertad. Por el servicio dado a la nación, el misionero recibió varios reconocimientos y honores.  


Bagerhat (AsiaNews) –  A su llegada a Bagerhat, en el sur del país, cerca de 3.000 cristianos, musulmanes e hindúes quisieron rendir homenaje a los restos del P. Marino Rigon, el misionero javeriano muerto en Italia hace un año. Con la sepultura en la iglesia de  Shelabunia, se cumplió la última voluntad del sacerdote, que dedicó 60 años de su vida a la misión en Bangladés. Por su contribución a la población local, el cortejo de los restos del P. Rigon hacia su tumba estuvo acompañado por una guardia de honor y el ataúd fue envuelto con la bandera nacional. El misionero tenía profunda estima por el poeta bengalí Rabindranath Tagore, premio Nobel de Literatura de 1913, y tradujo al italiano 40 obras literarias bangladesíes, además de 350 canciones populares y numerosos poemas.  

El sacerdote llegó a Daca cuando tenía 28 años de edad. Su obra misionera dio a luz cuando menos 15 escuelas primarias, una escuela superior, varios hospitales y clínicas. El P. Rigon se ocupó de la formación de las personas carenciadas, contribuyendo a su desarrollo económico. En 1971, durante la guerra de liberación del Bangladés, el sacerdote brindó asistencia médica a los Combatientes por la libertad. Por el servicio brindado a la patria, en el año 2009 el gobierno le confirió la ciudadanía honorífica y en 2002 le hizo entrega del Friends of the Liberation War award.

Mons. James Romen Boiragi, obispo de Khulna, celebró una misa solemne en su memoria. Durante la homilía, el prelado subrayó que el “Padre Marino Rigon no trabajó solamente para los cristianos, sino para todos los hombres y mujeres de fe”. “Es por eso que todos lo aman. Fue un misionero ejemplar. Debemos seguir sus ideales. Él continuará viviendo en el corazón de la gente de Bangladés”, declaró el obispo.  En medio de la multitud de personas que ayer acudieron a dar  el último adiós a los restos del P. Rigon, estaba también Bilkis Begum, una musulmana de 55 años. Con la voz quebrada por el llanto, la mujer afirmó: “El Padre Marino Rigon me amó como a una hija, pero me llamaba ‘ma’ (madre). Él cambió nuestra situación socioeconómica, y le estamos agradecidos por ello. Fue un santo en vida, para todos los credos”.