Papa: para conocer a Jesús, hay que reconocerse pecadores y rezar

“Primer paso, conocerse a sí mismos: pecadores; pecadores. Sin este conocimiento e incluso sin esta confesión interior, que soy un pecador, no podemos seguir adelante. Segundo paso, la oración dirigida al Señor, pidiendo que con su poder nos haga conocer este misterio de Jesús que es el fuego que Él ha traído sobre la tierra”. 


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Reconocer que somos pecadores y rezar: son los “pasos” necesarios para no ser meros “cristianos de palabra”, y conocer concretamente a Jesús, de modo de poder responder a la pregunta: “¿Quién es Jesús para ti?”. Es lo que dijo el Papa Francisco en la homilía de la misa celebrada esta mañana en la Casa Santa Marta, cuyo punto de partida fue un pasaje de la Carta a los Efesios (Ef 3,14-21), en el cual Pablo dice: para que “arraigados y cimentados en la caridad, podáis comprender, con todos los santos, cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de Cristo que excede todo conocimiento, para que seáis colmados con la plenitud de Dios”.  

En efecto, San Pablo tiene la inquietud de transmitir que él ha conocido a Jesucristo a través de su experiencia, cuando cayó del caballo, cuando el Señor le habló al corazón. No ha conocido a Cristo “comenzando por los estudios teológicos”, si bien es cierto que, luego, “fue a consultar la Escritura para ver cómo fue anunciado” Jesús. “Pablo quiere que lo que él oyó, lo escuchemos, también, nosotros, los cristianos. Frente a la pregunta que nosotros podemos hacer a Pablo: ‘Pablo, ¿quién es Cristo para ti?’,  él responderá, partiendo de su experiencia, de una manera simple: ‘Me amó y se entregó por mi’. Pero él está implicado con Cristo, que ha pagado por él. Pablo quiere que esta experiencia la vivan también los cristianos –en este caso, los cristianos de Éfeso- que ellos tengan esta misma experiencia, que entren en ella al punto de que cada uno pueda decir: ‘Me amó y se entregó por mi’, pero diciéndolo desde la propia experiencia”.

Para llegar a tener la vivencia que San Pablo ha tenido con Jesús, el Papa Francisco ha subrayado que rezar muchas veces el Credo ayuda, pero que el mejor camino pasa por el reconocimiento de ser pecadores: es el primer paso. En efecto, cuando Pablo dice que Jesús se entregó por él, quiere decir que ha pagado por él, y así lo cuenta en sus Cartas. Por lo tanto, la primera definición que da de sí mismo es, “ser pecador”, y dice que él ha perseguido a los cristianos, y parte precisamente del hecho de haber sido “elegido por amor, pero siendo pecador”. “El primer paso, para el conocimiento de Cristo, para entrar en este misterio –reafirmó el Papa- es el conocimiento del propio pecado, de los pecados propios”.

Luego Francisco señaló que en el sacramento de la Reconciliación “decimos nuestros pecados”, pero “una cosa es decir pecados”, y otra es reconocer que se es pecadores de naturaleza, que se es “capaz de hacer cualquier cosa”, “reconocer que uno es una porquería”. San Pablo tiene la vivencia de esta miseria suya, “que necesita ser redimida”, por alguien, por alguien que “pague el derecho a decirse “hijo de Dios”: “todos lo somos, y sin embargo, para decirlo, sentirlo, fue necesario el sacrificio de Cristo”. Por lo tanto, reconocerse pecadores, concretamente, avergonzándose de sí mismos.

Luego, hay un segundo paso para conocer a Jesús: el de la contemplación, la oración, para pedir conocer a Jesús. “Hay una oración muy bella, de un Santo, [que dice así]: “Señor, que yo Te conozca, y me conozca”: conocerse a sí mismos y conocer a Jesús”. El Papa resalta que aquí se da este vínculo de salvación, y a la vez que exhorta a “no confirmarse con decir tres, cuatro palabras justas sobre Jesús”, porque, en cambio, “conocer a Jesús es una aventura, pero una aventura en serio, no una aventura de muchachitos”, porque el amor de Jesús no tiene límites.

“Pablo mismo lo dice: ‘Él tiene todo el poder, para hacer mucho más de cuanto podemos pedir o pensar. Tiene el poder de hacerlo. Pero debemos pedirlo. ‘Señor, que yo Te conozca; que cuando yo hable de Ti, en lugar de decir palabras como un loro, diga palabras que broten de mi experiencia. Y que, como San Pablo, pueda decir: «Me amó y se entregó por mi», y [que pueda decirlo] con convicción. Ésta es nuestra fuerza, éste es nuestro testimonio. Cristianos de palabras, hay muchos; incluso, muchas veces, nosotros lo somos. Esto no es santidad; santidad es ser cristianos que realizan en la vida lo que Jesús les enseñó, y lo que Jesús ha sembrado en el corazón”.

Como conclusión, para conocer a Jesucristo, el “primer paso, es conocerse a sí mismos: pecadores; pecadores. Sin este conocimiento y sin esta confesión interior –que soy un pecador- no podemos seguir adelante. Segundo paso, la oración al Señor, pidiendo que con su poder nos haga conocer este misterio de Jesús, que es el fuego que Él ha traído sobre la Tierra. Es un bello hábito si todos los días, podemos decir: ‘Señor, que yo te conozca y que me conozca’. Y así, seguir adelante”.