Misionero: En la Iglesia de Taiwán hay signos de verdadera vitalidad

En el seminario de Taipei hay 10 seminaristas. Es importante una evangelización que venza el letargo de los cristianos y de la sociedad tomada como rehén por la secularización y por el deseo de riqueza y bienestar. Hacer descubrir a los jóvenes la persona de Jesús. El p. Étienne Frécon, sacerdote de los misioneros extranjeros de París, nos narra su experiencia.

 


Taipei (AsiaNews/EdA) – La Iglesia de Taiwán muestra signos de vitalidad. Es cuanto afirma el p. Étienne Frécon,, de las Misiones exteriores de parís (MEP), en la isla desde 2012, citando como signo la Jornada nacional de la juventud, que se celebra cada año en agosto. El p. Étienne Frécon, habla también de temor difundido entre los fieles por el acuerdo sino-vaticano firmado el pasado septiembre, que podría llevar a la ruptura de las relaciones diplomáticas entre Taiwán (República de China) y el vaticano. Se necesita un nuevo lanzamiento misionero en una sociedad secularizada y tomada como rehén por la carrera al beneficio. Publicamos amplios extractos de la entrevista al p.Étienne Frécon,, concedida a Eglises d’Asie (traducción a cargo de AsiaNews).
 

¿Cómo viven los católicos de Taiwán el nuevo acuerdo entre Beijing y la Santa Sede?

Taiwán acompaña a la Iglesia de China sobre todo mediante trabajos de traducción y formación. Muchos curas y religiosas chinas vienen a formarse en Taiwán y una cierta cantidad de personas viene para descubrir ideas. Pero existe una verdadera angustia de parte de los taiwaneses frente al acercamiento entre Beijing y el Vaticano porque tienen miedo de ser abandonados por Roma. En este momento Taiwán tiene relaciones diplomáticas con el Vaticano, si bien no hay un nuncio, sino un encargado de negocios...Cualquier cosa suceda, pienso que la Iglesia de Taiwán continuará a ayudar a la Iglesia del continente, si bien ellas son dos realidades muy diversas. En Taiwán somo libres y todo es posible.

¿Cómo va la Iglesia en Taiwán?

Hay signos de verdadera vitalidad. Hay jóvenes que se muestran realmente motivados, que viven el Evangelio y quieren ser misioneros. Por ejemplo, en el mes de agosto, como cada año, se organizó la Jornada de la juventud, siguiendo las huellas de la Jornada de la juventud asiática, que se realizó en Indonesia. Y decidieron invitar a varios países de Asia para que participen...

En la parroquia donde he trabajado, muchos jóvenes fundaron un grupo para evangelizar a los otros jóvenes. Organizaron actividades en las escuelas o al aire libre para atraer a sus coetáneos no cristianos y compartir con ellos la fe. Cierto, aunque hay signos de un cierto letargo entre las comunidades pequeñas, cerradas en sí mismas y con muchas reglas y rituales, en los cuales falta un dinamismo y un espíritu misionero. Hay un equilibrio entre las dos tendencias, pero el campo es mucho más vasto.


Usted se convirtió en responsable del seminario de Taipei


Este de Taipei es un seminario interdiocesano, para toda la isla, sostenido por la Conferencia de los obispos de Taiwán y tiene 10 seminaristas. . Somos un equipo de 4 sacerdotes. Yo soy francés, hay un taiwanés, un coreano y un chino del continente que pasó 20 años en Friburgo. No entró ningún nuevo seminarista en este año 2018. Pero 10 seminaristas para 300 mil católicos no es nada malo. Un tercio de ellos viene de la diócesis de Hualian, de la diócesis aborigen fundada por Mons. Vérineux, dei MEP. Los otros son de etnia Han, o sea chinos. La vocaciones provienen de familias católicas tradicionales, que lo son de 2 o 3 generaciones y de los nuevos convertidos, que se hicieron católicos hacia los 18-20 años y algunos años más tarde entraron en el seminario. Con este seminario, la estructura funciona, con los cursos que se enseñan en la facultad de teología, pero pienso que se deba hacer un gran esfuerzo para dar o crear un lanzamiento misionero a la formación de los sacerdotes, para que esto contagie e interpele a los jóvenes taiwaneses. Esto llevará a un nuevo espíritu a las comunidades cristianas, que son pequeñas y a menudo formadas por ancianos, que necesitan pastores que los lleven hacia afuera. también es necesario trabajar con aquellos que se ocupan de los jóvenes en las diócesis de la ila para hacer que estos jóvenes puedan descubrir su relación con Cristo. De aquí ´podría nacer un dinamismo que quizás los podría conducir o llevar al seminario.


¿Hay una tendencia a la secularización?
 

Sí, pienso que el letargo de Taiwán deriva de esta tendencia. La Iglesia se desarrolló muchos después de los años 50, con la llegada de Chiang Kai-Shek. El número de los fieles católicos pasó de 10 mil a 300 mil. Después se dieron muchas conversiones entre los aborígenes y en la población china, dado que con Chiang Kai- Shek llegaron obispos, curas, misioneros; se dio un verdadero desarrollo religioso de la Iglesia. Esto iba de la mano con el desarrollo económico de la isla y muchas personas se convirtieron. Pero hoy,  nos encontramos con una comunidad que envejece y no hay mucho renovación.

El desarrollo económico y el bienestar que de estos derivan terminan poco a poco empujando a los cristianos a abandonar toda práctica religiosa. Por esto hoy, el trabajo de evangelización y la misión se apoyan mucho en los nuevos bautizados, que han vivido una verdadera conversión descubriendo la figura de Cristo.

En Taiwán se vive bien, uno es aferrado por una rutina muy dinámica, con mucho trabajo, muchas exigencias de sociedad, no se toman el tiempo para desarrollar su propia vida espiritual. Y sin esto es difícil calcular la llamada del Señor. Si bien en la sociedad están presentes el taoísmo y sus ritos y un poco de budismo, hay mucha secularización, carrera a los beneficios o ganancias, al enriquecimiento. Realizar un gesto cristiano, como entrar en el seminario es un gesto muy fuerte. Para esto, se necesita un trabajo de acompañamiento y discernimiento para desarrollar esta vida espiritual en un contexto no favorable.