Papa: chismosear es matar y quien chismosea es un terrorista

El “No dar falsos testimonios” del Octavo Mandamiento no es sólo no mentir, sino que “quiere decir vivir como hijos de Dios”. Preguntémonos: ¿cuál verdad dan fe a las obras de nosotros cristianos, nuestras palabras, nuestras elecciones?

 


Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- El “No dar falso testimonio” del octavo Mandamiento no es sólo no mentir, sino que “quiere decir vivir como hijos de Dios, dejando entrever en cada acto que Dios es Padre y se puede confiar en Él”. Los explicó el Papa Francisco en el discurso en la audiencia general de hoy en la cual volvió a condenar “los chismes”, que, dijo: “matan”.

Continuando en las catequesis dedicadas a los Mandamientos, delante de las 20 mil personas presentes en la plaza de san Pedro, Francisco recordó que el Catecismo “prohibe falsear la verdad en las relaciones con los otros” (n. 2464). “vivir de comunicaciones no auténticas-agregó- es grave porque impide las relaciones y por lo tanto al amor. Y cuando hablamos de comunicación entre las personas entendemos no sólo las palabras, sino también los gestos, las actitudes, hasta los silencios y las ausencias. Una persona habla con todo aquellos que es y que hace. Todos nosotros vivimos comunicando y estamos continuamente en riesgo entre la verdad y la mentira”.

“Pero, ¿qué significa decir la verdad? ¿Significa ser sinceros? ¿O en cambio ser exactos? En realidad, esto no basta, porque se puede estar sinceramente en error, o en cambio se puede ser precisos en el detalle pero no percibir el sentido del conjunto. A veces nos justificamos diciendo. ‘Pero, ¡yo dije lo que sentía!’. Sí, pero has absolutizado tu punto de vista. O en cambio: ‘¡Sólo dije la verdad!’. Puede ser, pero has revelado hechos personales o reservados. ¡Cuántos chismes destruyen la comunión por inoportunos o por falta de delicadeza! Es más: las chismes matan y esto lo dice el apóstol Santiago en su Carta. Chismoso, la chismosa son gente que mata: mata a los otros, porque la lengua mata como un cuchillo. Estén atentos. Un chismoso o una chismosa es un terrorista, porque con la lengua tira una bomba y se va y ésto qué dice, que aquella bomba destruye la fama de los otros y él se va tranquilo. No hay que olvidar: hacer habladurías es  matar”

Entonces, la verdad está en la respuesta que dio Jesús a Pilato: “Jesús dijo. “Para esto yo nací y por esto vine al mundo: para dar testimonio de la verdad” (Jn 18,37). Y este “testimonio” Jesús lo da con su pasión y su muerte”. “La verdad encuentra su plena realización en la persona misma de Jesús (Cfr Jn 14,6), en su modo de vivir y de morir, fruto de su relación con el Padre. Esta existencia como hijos de Dios, Él, resucitado, la dona también a nosotros enviando el espíritu de verdad, que da fe a nuestro corazón que Dios es nuestro Padre (Cfr Rm 8,16). En cada acto suyo el hombre afirma o niega esta verdad. De las pequeñas situaciones cotidianas a las elecciones más comprometidas. Pero es la misma lógica: aquella que los padres y los abuelos nos enseñan cuando nos dicen que no digamos mentiras. La misma lógica. Preguntémonos: ¿cuál verdad testifican las obras de nosotros los cristianos, nuestras palabras, nuestras elecciones? Cada uno debe preguntarse. Los cristianos no somos hombres ni mujeres excepcionales. Pero somos hijos del Padre celestial, el cual es bueno y no desilusiona y pone en sus corazones el amor por los hermanos. Esta verdad no se dice tanto con discursos, es un modo de existir y se en cada acto individual. Este hombre es un hombre verdadero, aquella mujer es una mujer verdadera: se ve. Pero, ¿por qué, si ni abre la boca? No, pero se comporta como verdadero, como verdadera. Dice la verdad, obra con la verdad. Es un hermoso modo para vivir nosotros.

“La verdad es la revelación maravillosa de Dios, de su rostro de Padre, es su amor sin límites. Esta verdad corresponde a la razón humana pero la supera infinitamente, porque es un don descendido sobre la tierra y encarnado en Cristo crucificado y resucitado; esta se hizo visible por quien le pertenece y demuestra sus mismas actitudes”. Es de nuestra confianza en Dios que es Padre e me ama, nos ama, que nace mi verdad y el ser verdadero y no un mentiroso”.