Túnez, derrotada la sharia: las mujeres podrán heredar como los hombres
de Kamel Abderrahmani

Es la propuesta del presidente Caid Essebsi, aceptada también por el Consejo de los ministros. En la sharia las mujeres heredan la mitad de la cuota que les dan a los hombres. Es la primera vez en el mundo islámico que se realiza un verdadero principio de igualdad entre los sexos, separándose de la sharia. Esta nueva ley ley no va contra el Corán.

 


París (AsiaNews)- Un viento de libertad sopla en el Norte de África y más precisamente en Túnez. Este pequeño país de mayoría musulmana (más del 98%), se está poniendo en la senda de la legalidad entre los dos sexos en lo que se refiere a las cuestiones de la heredad. Es un paso muy valiente y es la primera vez que sucede en la historia del mundo musulmán desde tiempos de los primeros califatos.

En general, en los países musulmanes, la mujer está colocada en condiciones de inferioridad y según la sharia, en la heredad, la mujer (hermana, hija, etc.) la mujer hereda mitad de los que le corresponde al hombre (hijo, hermano, atc.).

Hace algunos días, el 23 de noviembre, el presidente tunecino Caid Essebsi, pero democrático y laico. Por esto, agregó: “se debe cambiar el Código del estatuto personal. Esto no tiene nada que ver con la religión o el Corán”. “Nosotros somos un Estado civil-dijo citando el Art. 2 de la Constitución. y es necesario respetar la Constitución”.

Caid Essebsi  propuso que la igualdad entre los sexos en la herencia se convierta en ley, modificando el Código del estatuto personal. Según él esto debería ya haber sucedido en 1956, pero la Constitución de entonces no lo preveía, a diferencia de la actual. Así, hace dos días, el Consejo ministerial dijo estar de acuerdo en legalizar la igualdad entre los dos sexos en materia de heredad. Esto hace que Túnez sea el primer país musulmán en separarse de la sharia musulmana (sunita).

Esta noticia me alegra enormemente porque ésta constituye un buen inicio para poner fin al dominio de la sharia islámica injusta y misógina que reinó en el mundo islámico desde el medioevo. La nueva ley no contradice al texto coránico. Es más, las interpretaciones coránicas contemporáneas y obra del exegeta  Mohamed Shahrour, como aquellas de la corriente del pensamiento coránico, explican con gran lucidez diciendo que la mujer debe tener la misma parte del hombre.

Este tipo de leyes y de interpretaciones desencadenarán seguramente olas de indignación, bajo el pretexto que ellas ofenden los preceptos del islam y desvían la palabra de Dios. En otras palabras: los islamistas se ponen a defender a Dios mismo. ¿Pero Dios es tan impotente que necesita ser defendido?

En cuanto musulmán y por el hecho que me intereso en todas las cuestiones del mundo islámico, pienso que la adopción de este tipo de ley jugará un rol fundamental para la emancipación de la mujer musulmana, por siglos tenida bajo el dominio del hombre: y esto justificado en el nombre de Dios y de su profeta.

Encuentro que sea necesario romper el tabú con coraje y en profundidad, para permitir a las mujeres, a las minorías religiosas y a los musulmanes pacíficos y modernos liberarse del yugo de la dictadura sunita.

Basándose en la jurisprudencia islámica (sharia), adoptada hace siglos, Túnez había aplicado estas leyes religiosas medievales y cerradas. Ahora, este país, que poco a poco se pone en la senda de la modernización, se separa con dulzura, pero con un modo seguro de las bases teológicas fundadas por los antiguos sabios del islam sunita y se decide por una visión moderna y contemporánea. Por otro lado, si se quiere responder a las objeciones de los musulmanes sunitas, referiéndose únicamente al texto coránico, uno se da cuenta que instaurando la igualdad entre los dos sexos, Túnez respetó el texto religioso.

Túnez merece hoy ser celebrado y alentado por esta realización valiente y por su desafío hacia todo aquellos que concierne a la dictadura religiosa sunita. Es otro paso que va a agregarse a aquel de la ley adoptada el año pasado, que autoriza a los tunecinos a poder casarse con no musulmanes.

En nombre mío y de todos los musulmanes del siglo 21, que piensan en modernizar, actualizar nuestra religión y liberarla de las lecturas irracionales, desearía felicitarme con el pueblo tunecino por este resultado y agradecerlo infinitamente por este brillo de esperanzas sembrado en nuestros corazones, si bien estoy seguro que el camino será aún fatigoso y lleno de obstáculos, por poderse liberar un día en modo completo de la dictadura sunita. Las cosas serán posibles con una buena voluntad política.  

Los otros pueblos musulmanes deben tomar a Túnez como ejemplo y despertarse, antes que sea demasiado tarde.