Cachemira, la iglesia de Holy Family, un ‘faro de esperanza’ contra la violencia

La parroquia de Srinagar está compuesta por 35 familias de fieles, si bien es frecuentada también por musulmanes, sijs e hindúes. El párroco: “La vida cotidiana está marcada por incertidumbres y ausencia de paz”. La ayuda a los pobres y a los enfermos; las relaciones de amistad que van más allá de la pertenencia a un credo.

 


Srinagar (AsiaNews) – Un “faro de esperanza y de paz” en medio de las violencias. Es lo que “trata de ser” la Holy Family Catholic Church, la única iglesia católica de Srinagar y la segunda en todo el Valle de Cachemira. Lo dice a AsiaNews el párroco, el p. Roy Mathew, que cuenta la vida de la comunidad local marcada por la incertidumbre y la pobreza. El Valle de Cachemira está de hecho en el centro de una larga disputa entre India y Pakistán que se reenciende en modo cíclico, dejando detrás de sí sólo una huella de “heridas abiertas: pobreza, desocupación, escuelas que obran de a ratos, imposibilitando el estudio sistemático, traumas psicológicos, personas enceguecidas por los proyectiles pellet (balines de aire comprimido, prohibidos pero muy difundidos en las escaramuzas que suceden en la zona, Ndr).Los niños so aquellos que más sufren”. Nadie “sabe qué será de nosotros mañana. El resultado de todo esto es obviamente la ausencia de la paz”.

En los días pasados en Cachemira estalló nuevamente entre separatistas y el ejército. En el Estado, refiere el sacerdote, “la incertidumbre domina la vida cotidiana y es difícil programar también hasta el hoy”. La vida de las personas está marcada por el continuo conflicto entre las facciones en campo, que llevan a la administración local a decretar frecuentes períodos de toques de queda. Por parte de ellos, los guerrilleros ligados a los grupos islámicos dan vida a manifestaciones, huelgas, bloqueos. El párroco evidencia que “las violencias afligen a los católicos, los niños van a la escuela al máximo 100 días por año. Pero, los servicios de la parroquia están siempre activos e intentamos mantener una cierta continuidad”.

En medio de toda esta situación, dice el p. Roy: “la Iglesia hace lo que puede, sosteniendo encuentros de paz entre los grupos. Organizando encuentros en los ‘club por la paz’ dentro de las escuelas: de este modo intentamos sembrar semillas de paz y de coexistencia en las mentes más receptivas de los jóvenes. Además llevamos adelante iniciativas de paz a la escuelas que están en la frontera entre India y Pakistán”.

Fundada en 1896 por iniciativa de los misionero Mill Hill como capilla para el personal del ejército británico establecidos en India, hoy la parroquia cuenta con 35 familias de 115 miembros. Los fieles pertenecen a diversos grupos étnicos (cachemiros, punjabi, dalit, adivasi, bengaleses) y la liturgia se la celebra en 3 lenguas (urdu, inglés e hindi). "Cada año se realizan 2-3 bautismos, todos dentro de la misma comunidad". A la iglesia está ligados 3 conventos (religiosas de madre Teresa, del Carmelo y de la Presentación de la Beata Virgen). Y se organizan lecciones de catecismo; a los parroquianos se les ayuda a pagar las cuotas escolares; les proveemos también medicinas gratuitas a los necesitados, sobre todo musulmanes. 

La parroquia es frecuentada también por fieles de otras religiones: “Sijs, hindúes, budistas que vienen los domingos y participan en la misa. Centenares de jóvenes musulmanes se detienen en la iglesia para rezar”. El p. Roy nos hace notar que muchos “piden ser bautizados, porque creen que ser parte de la Iglesia los hace volverse ricos. Pero nosotros no los engañamos, sino que sólo les ofrecemos una amistad fraterna”.

Según el párroco, “no están aún maduros los tiempos para organizar encuentros (a nivel institucional) para el diálogo interreligioso, dado que en diversos sectores de la población está en crecimiento el fenómeno de la radicalización”. Además sólo 4 familias de católicos “poseen una casa de la cual son propietarios, todas otras viven alquilando en habitaciones de propiedad de los musulmanes”. Estos último no ven de buen ojo “si los sacerdotes y las religiosas visitan a estas familias vestidos con sotana, que “traiciona (demuestra)” el credo religioso. Los propietarios se podrían ofender y existe el riesgo que los católicos sean desalojados”. Entonces los religiosos prefieren visitarlos,  vestidos de civil.

Por el contrario subraya, “incentivamos la creación de buenas relaciones con los fieles de otras religiones, por ejemplo participando cada uno en las fiestas de los otros. Para Navidad los invitamos a venir a la iglesia y normalmente (musulmanes y sijs) nos traen regalos y dulces”. Un ejemplo concreto de convivencia interreligiosa, concluye, sucedió en octubre de 2017 “cuando después de 50 años volvió a sonar la campana de la iglesia, destruida durante un incendio provocado en los días de la guerra árabe-israelí. En la ceremonia participaron un imán musulmán, un sacerdote hindú, un monje budista, un líder Baha¨i y un sijs”.