La guerra en Yemen y las divisiones hunden la reunión cumbre del Golfo

Ausente el emir de Qatar, que ignoró la invitación de los anfitriones de Riad. Uno de los elementos de mayor tensión es el homicidio del periodista disidente saudita Khashoggi. La reunión está dedicada a las políticas petrolíferas y de seguridad. En el comunicado final de rito se subraya la importancia de la unidad.

 


Riad (AsiaNews/Agencias)- El enfrentamiento diplomático, económico y comercial entre Qatar y Arabia Saudita, la guerra en Yemen con víctimas civiles y el asesinato de Jamal Khashoggi proyectan más de una sombra sobre la cumbre de los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). En Riad se realizó ayer el encuentro anual, que estuvo marcado por la ausencia del líder de Doha, Sheik Tamim bin Hamad al-Thani, quien ignoró la invitación de la dirigencia saudita.

La reunión, a puertas cerradas, se centró en el petróleo y la seguridad. Analistas y expertos en cuestiones regionales afirman que el encuentro del CCG tendrá un impacto “mínimo” sobre la vida de las personas y sobre la economía. Por otro lado, el organismo está desgarrado por la divisiones internas, cuyos motivos van desde las amenazas a la soberanía nacional hasta las políticas de Riad, que guiña el ojo a Israel en clave anti-iraní.

La ausencia del emir de Qatar, unida a la reciente decisión de Doha de abandonar la OPEC desde el próximo mes de enero, evidencian una vez más las profundas fracturas internas. En lugar de al-Tahnni, en el encuentro anual participó el ministro de Relaciones Exteriores, Soltan bin Saad Al-Muraikhi.

Cabe subrayar que en el encuentro del año pasado estuvo presente el emir de Qatar pero faltaron los líderes de otros países del Golfo.

Entre los elementos de crisis figuran el enfrentamiento tras las bambalinas entre Kuwait y Arabia Saudita por el control de los pozos de la “Zona neutral” compartida. Dentro del área se encuentran los yacimientos de Khafji y Wafra, propiedad de ambos países, cerrados respectivamente desde 2014 y desde 2015. Su capacidad productiva supera los 500 mil barriles por día y resultaría esencial para permitir a Riad alcanzar el objetivo de 12,5 millones de barriles por día.

La cumbre, caracterizada por un clima tenso y por momentos de molesto silencio, se concluyó con una declaración final de rito que subraya la importancia de mantener la unidad entre los países miembros frente a los desafíos -políticos, sociales y económicos- que atraviesa la región. Sin embargo, las divisiones y los intereses personales ponen en riesgo el futuro del organismo.