Celo misionero y martirio: un libro sobre los 50 años del PIME en la Filipinas

Una fidelidad que ha costado caro. Los primeros 50 años del PIME en las Filipinas; una historia de misión y martirio” ha sido publicado por la Editorial Misionera Italiana (EMI) y escrito por Gerolamo Fazzini. El volumen recoge episodios y testimonios del servicio brindado por el PIME a la Iglesia local. Tres sacerdotes ofrecieron su vida, muriendo como mártires: Tullio Favali (1985), Salvatore Carzedda (1992) y Fausto Tentorio (2011).


Verona (AsiaNews) – En las Filipinas, los padres del PIME son “famosos por su celo misionero, pero mucho más, por sus mártires”. Es lo que declara el Card. Luis Antonio G. Tagle, el arzobispo de Manila, al comentar el nuevo libro que recorre los 50 años de la presencia del Instituto Pontificio de Misiones en el Extranjero en la nación católica más grande de Asia. Titulado “Una fidelidad que ha costado caro. Los primeros 50 años del PIME en las Filipinas; una historia de misión y martirio” ha sido publicado por la Editorial Misionera Italiana (EMI). El volumen (foto 2) recoge episodios y testimonios del servicio brindado por el PIME a la Iglesia local. El autor es el periodista y ensayista Gerolamo Fazzini, quien cuenta en detalle el camino emprendido por los misioneros en su vida codo a codo con el pueblo y la comunidad católica filipina.

Este camino comenzó el 8 de diciembre de 1968, cuando los primeros sacerdotes llegaron al país que apenas cuatro años después conocería la dictadura, aplicada bajo la ley marcial, impuesta por el presidente Marcos. La misión condujo a los padres del PIME hasta los pobres de Tondo, uno de los barrios más carenciados y degradantes de Manila. Pero sobre todo, es en la isla de Mindanao (en el sur del país) donde el instituto ha entablado una fuerte e indisoluble amistad con la población local. En la región, atormentada por décadas de conflictos e insurrecciones contra el gobierno, el Instituto ha fundado y se ha ocupado de las parroquias pobres y marginadas; a pesar de los peligros, los misioneros han defendido los derechos de los tribales, la dignidad de los trabajadores migrantes y el diálogo con los musulmanes.  

En 50 años, para testimoniar su amor misionero, los sacerdotes del PIME han pagado un alto precio. Tres de ellos dieron su vida, muriendo como mártires: Tullio Favali (1985), Salvatore Carzedda (1992) y Fausto Tentorio (2011). Dos misioneros, los padres Peter Geremia y Luciano Ghezzi, terminaron en prisión y varios cohermanos fueron blanco de amenazas; tres sacerdotes, los padres Francesco Alessi, Gigi Cocquio y Albert Booms, fueron expulsados del país, por considerarlos “no gratos”; dos fueron secuestrados y luego liberados: son el P. Luciano Benedetti,  en 1998, y el P. Giancarlo Bossi, en el 2007.