Corea del Norte envía al Sur saludos por la Navidad

El Consejo norcoreano de Religiosos, que reúne a las cinco religiones “autorizadas” por el régimen, ha enviado un video-mensaje con deseos de “paz y prosperidad” a los hermanos y hermanas del Sur. Allí se expresa que con “la bendición de Jesús el Señor”, los coreanos “caminen tomados de la mano hacia la unidad”. 


Seúl (AsiaNews) – Los representantes de las cinco religiones “autorizadas” en Corea del Norte, han enviado un rarísimo vídeo con deseos de Feliz Navidad a los cristianos del Sur. El Consejo norcoreano de Religiosos –que reúne a budistas, musulmanes, taoístas, católicos y cristianos protestantes –ha invocado “paz y prosperidad” para los “hermanos surcoreanos” y los ha exhortado a “caminar juntos, tomados de la mano, hacia la unidad y la paz”.  

El vídeo-mensaje comienza con una serie de fotografías de las Olimpíadas invernales de Pyeongchang y de las cumbres inter-coreanas celebradas en 2018. Enseguida toma la palabra el responsable del Consejo, Kang Ji-young, quien dice: “Quiero enviar deseos de paz para esta Navidad a las hermanas y hermanos surcoreanos. Esperamos que juntos, con la bendición del Señor Jesús, podamos marchar de la mano hacia la paz y la unificación”. El vídeo, que fue aprobado por el ministerio de la Unificación de Seúl, fue enviado a los representantes de las distintas religiones en Corea del Sur.  

En Corea del Norte sólo se permite el culto del difunto líder Kim Jong-Il y de su padre, Kim Il-Sung. El régimen siempre ha puesto obstáculos para impedir la presencia religiosa, especialmente de budistas y cristianos, y obliga a los fieles a registrarse en organizaciones controladas por el Partido. Son frecuentes las persecuciones brutales y violentas contra los fieles que no están inscriptos y contra aquellos que practican la actividad misionera. Desde que se instauró el régimen comunista en 1953, han desaparecido cerca de 300.000 cristianos; ya no quedan sacerdotes ni religiosas, dado que fueron asesinados durante las persecuciones. Tristemente célebres son las “marchas de la muerte”, desplazamientos recorriendo a pie distancias inmensas, impuestos por el régimen a fieles de todas las religiones, en las que perecieron los últimos religiosos norcoreanos.   

En el país hay 51 categorías sociales designadas por el Estado: aquellos que practican una fe ajena al control del gobierno son ubicados a priori en los últimos puestos, lo cual deriva en menos oportunidades para acceder a la educación y al trabajo, además de no recibir subsidios alimentarios y ser constantemente víctimas de episodios de violencia brutal.

Pyongyang declara que la libertad religiosa está presente en el país y es garantizada por la Constitución: las cifras oficiales del gobierno declaran la presencia de cerca de 10.000 budistas, 10.000 protestantes y 4.000 católicos. Las estimaciones de gobierno se refieren exclusivamente a los fieles inscriptos en las asociaciones reconocidas.  En Pyongyang, en la década del ochenta del siglo pasado, se construyeron tres iglesias: dos protestantes y una católica. En el año 2006, gracias a los buenos oficios de la embajada rusa en Corea del Norte, el régimen permitió la construcción de una iglesia ortodoxa.   

En estas iglesias, según comentan algunos testigos que han podido visitarlas, solamente se hace propaganda del régimen: en su interior se desempeñan “sacerdotes” que comparan al “Amado líder” Kim Jong-Il con un semidiós. En la única iglesia católica existente no hay sacerdotes y solamente se desarrolla una oración comunitaria una vez a la semana.