Papa: Conservar la memoria de nuestro bautismo siempre viva y actual

En el Ángelus, en la fiesta del Bautismo de Jesús, el Papa recuerda que en el bautismo “están las raíces de nuestra vida en Dios”. “Es importante conocer la fecha de nuestro bautismo”. En su bautismo, Jesús “se ‘sumerge’ en la multitud, se une a ella asumiendo plenamente la condición humana”. Y “se sumerge en la oración, es decir, en la comunión con el Padre”.  


Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – “Conservar siempre viva y actual la memoria del propio Bautismo” y “conocer… y custodiar en el corazón” la fecha de nuestro bautismo: es la invitación que el Papa Francisco ha hecho a sus fieles en la Plaza de San Pedro, al concluirse hoy la oración del Ángelus. El pontífice recordó que esta mañana, en la Capilla Sixtina, administró el bautismo a 27 bebés. “Rogamos por ellos y por sus familias”, dijo el Papa. “Y, en esta ocasión, renuevo a todos la invitación a conservar siempre viva y actual la memoria del propio Bautismo. Allí están las raíces de nuestra vida en Dios; las raíces de nuestra vida eterna, que Jesús nos ha dado con su Encarnación, Pasión, Muerte y Resurrección”.

Previo a ello, el pontífice se detuvo sobre el evangelio de la misa de hoy (Lucas 3, 15-16. 21-22), fiesta del bautismo de Jesús, con la cual termina el tiempo litúrgico de Navidad.

En el relato evangélico, subrayó Francisco hay “dos elementos importantes: la relación de Jesús con la gente y la relación de Jesús con el Padre”.

“Antes de sumergirse en el agua, Jesús se ‘sumerge’ en la multitud, se une a ella asumiendo plenamente la condición humana, compartiendo todo, excepto el pecado. En su santidad divina, llena de gracia y misericordia, el Hijo de Dios se ha hecho carne precisamente para tomar sobre sí y quitar el pecado del mundo”.

“Luego de la inmersión en el pueblo y en las aguas del Jordán, Jesús se ‘sumerge’ en la oración, es decir, en la comunión con el Padre. El bautismo es el inicio de la vida pública de Jesús, de su misión en el mundo como enviado del Padre para manifestar su bondad y su amor por los hombres. Dicha misión es llevada a término en constante y perfecta unión con el Padre y con el Espíritu Santo. Asimismo, la misión de la Iglesia y la de cada uno de nosotros, para ser fiel y fructífera, es llamada a “inscribirse” en la de Jesús. Se trata de regenerar en la oración, continuamente,  la evangelización y el apostolado, para dar un testimonio cristiano claro, no según nuestros proyectos humanos, sino según el plan y el estilo de Dios”.

Es por eso que Francisco ha pedido –como ya hizo otras veces- que cada uno conozca “la fecha de nuestro bautismo”, para “custodiarla en nuestro corazón y festejarla todos los años”.

Después de los saludos finales, el Papa exhortó nuevamente a la oración y al testimonio: “Mañana –dijo-, concluido el Tiempo de Navidad, retomaremos, con la liturgia, el camino del Tiempo Ordinario. Tal como hizo Jesús después de su bautismo, dejémonos guiar por el Espíritu Santo en todo lo que hagamos. ¡Pero para esto debemos invocarlo! Aprendamos a invocar más seguido al Espíritu Santo en nuestras jornadas, para poder vivir con amor las cosas ordinarias, y así volverlas extraordinarias”.