Jóvenes de Tierra Santa con el Papa en Panamá por la paz en Jerusalén

Desde Tierra Santa partió un grupo de 41 jóvenes, dos voluntarios y 3 sacerdotes. El p. Bashar: una “experiencia única” y una “oportunidad” para “reforzar nuestra fe” y compartir experiencias en una realidad diversa. Los rosarios hechos con ramas de olivo de Belén. El testimonio de una joven.

 


Panamá (AsiaNews)- Una “experiencia única para sus vidas”, porque encontramos “un ambiente completamente diverso de su país”, una “oportunidad” para reforzar la fe y compartir” momentos “con muchachas y muchachos como ellos, con los mismos deseos y aspiraciones”. Es lo que le cuenta a AsiaNews el p. Bashar Fawadleh, director vocacional y responsable para la pastoral juvenil en Israel y Palestina del Patriarcado latino de Jerusalén. El sacerdote está guiando al grupo de los 41 jóvenes y dos voluntarios, partidos de Tierra Santa y llegados ayer por la tarde a Panamá, para participar en las Jornadas Mundiales de la Juventud (JMJ).

Ellos provienen de “diversas zonas de Tierra Santa: Jerusalén, Belén, Nazaret, Haifa, Jenin y Ramallah”. Son “estudiantes universitarios y trabajadores entre los 18 y los 35 años” que, junto a los amigos que se quedaron en casa, rezarán por la paz en Jerusalén y en todo el mundo”.

A continuación la entrevista al p. Bashar después de su llegada a Panamá:
 

Padre, ¿cómo se han preparado para las jornadas panameñas? ¿Han promovido encuentros y momentos de oración?

Los trabajos de preparación iniciaron con las primeras inscripciones online hace 8 meses. El grupo, un total de 41 jóvenes y dos voluntarios, se reunió 4 veces para discutir el programa, los trámites y las modalidades de pedidos de las visas, porque nuestros pasaportes necesitan de una acreditación para viajar a otro país. En cada encuentro, hemos celebrado la misa matutina y luego siguió un momento de oración común, para pedir que todo en el proceso de las visas se desarrollase normalmente. A esto uníamos una especial intención por la paz en Jerusalén y en todo el mundo. Al final, preparamos lo necesario para obtener un permiso especial para acceder al aeropuerto de Tel Aviv y partir, porque nosotros no disponemos de una escala (en Palestina).

¿De dónde provienen los jóvenes que participan en la JMJ de Panamá?

Como dije, el grupo está formado por 41 jóvenes y por dos voluntarios provenientes de diversas zonas de Tierra Santa. Jerusalén, Belén, Nazaret, Haifa, Jenin y Ramallah. Se trata de estudiantes universitarios y trabajadores entre 18 y 35 años. Además, junto a mí hay otros dos sacerdotes.

¿Cuáles son los deseos, las aspiraciones y cómo se acercaron a esta experiencia?

El sueño más grande es el de poder tener una vida digna y decorosa. Además, los jóvenes cristianos sueñan vivir en una tierra pacífica y segura. Esperan tener un trabajo, para poder poder contribuir al sostén de sus familias, después de haber recibido todo lo posible de parte de sus padres. Trabajan duro en una óptica de cambio.

¿Qué contribución pueden dar los jóvenes cristianos de Tierra Santa?

El primer y más grande problema que se encuentran en el vivir es el de la disminución del número. Las personas miran a la migración, porque piensan que en otros lados tenemos mayores oportunidades y futuro. A causa de la ocupación (israelí) la vida se hace siempre más dura. Las personas que viven en Cisjordania necesitan un especial permiso para visitar los lugares sagrados y pasar los chekpoint no es fácil, a menudo como si fuésemos prisioneros. A esto se agrega la elevada tasa de desocupación, con muchos graduados que no encuentran trabajo o encuentran algún empleo en sectores diversos. A pesar de todo, los cristianos quieren dejar de lado estos problemas y se preocupan para construir una comunidad rica de alegría y amor. Y creen que la instrucción sea el motor del cambio.

Eventos como las JMJ, ¿pueden ser importantes para un crecimento de la fe?

Muchos de los jóvenes aquí presentes en Panamá por primera vez en la JMJ. Se trata de una experiencia única para su vida cristiana, porque encuentran un ambiente completamente diverso respecto a su país. Un número tan grande de jóvenes será una oportunidad para reforzar su propia fe y compartir experiencias con jóvenes como ellos, que tienen las mismas aspiraciones y deseos. Esta oportunidad les permitirá crecer y entender el poder espiritual que posee, sabrá imprimir un cambio en sus caminos.

Y los jóvenes que se quedaron en casa, ¿cómo podrán sentirse partícipes del evento? ¿Han pensado en ocasión de encuentros y oraciones particulares?

Para aquellos que no están aquí en la JMJ, están haciendo encuentros de oración para alimentar la fe y sentirse cercanos con los que están participando, para compartir luego la experiencia al retorno. Ellos rezan con nosotros por la paz en Jerusalén y en el mundo. Entre los que están en Panamá, quiero señalar a dos jóvenes- un varón y una mujer- que presentarán los rosarios hechos con madera de olivo en Belén. Estos rosarios fueron bendecidos y distribuidos a todos los jóvenes de la JMJ, como regalo del Papa Francisco. Después, hay una joven que contará su vida: un testimonio de fe durante la vigilia (con el pontífice) en la cual explicará qué significa ser cristiana en la Tierra de Jesús.