Caso de violaciĆ³n de una religiosa, administrador de Jullundur: las religiosas pueden permanecer en Kerala
de Nirmala Carvalho

Se abre un nuevo capítulo en el caso que involucra a Mons. Franco Mulakkal, procesado por violencia sexual. Las religiosas Misioneras de Jesús habían recibido la orden de transferencia de la madre superiora de la congregación. Ellas no quieren dejar sola a la religiosa que acusó al obispo y temen la contaminación de las pruebas.

 


Mumbai (AsiaNews) – Las cinco religiosas Misioneras de Jesús que defienden en Kerala a una de sus  co-hermanas que asegura haber sido violada por Mons. Franco Mulakkal, podrán permanecer junto a la víctima hasta que no concluya el proceso. Lo aseguró una carta de Mons. Agnelo Gracias, obispo auxiliar emérito de Mumbai que desde el pasado septiembre es también administrador apostólico de la diócesis de Jullundur (en Punjab), después que el Papa Francisco aceptó las dimisiones temporáneas del obispo Mulakkal, implicado en el caso de violencia sexual contra la religiosa.

La misiva del administrador apostólico representa la primera explícita toma de posición de la dirigencia eclesiástica en favor de las religiosas. El caso de la religiosa violada por el obispo Mulakkal conmocionó a la Iglesia india. La religiosa, ex superiora de las Misioneras de Jesús, en septiembre de 2018 denunció al prelado por violencias múltiples cometidas entre 2014 y 2016 en un convento de Kuravilangad, en Kottayam (Kerala).

Si en un primer momento no fueron escuchadas, su acusación obtuvo la atención de la prensa nacional e internacional cuando cinco religiosas organizaron una protesta pública, apoyadas por diversos exponentes católicos (uno de ellos murió en circunstancias misteriosas). Pero después de aquellas protestas, las religiosas recibieron de parte de la madre superiora las órdenes de transferencia a otros conventos, mientras que ellas querían permanecer en Kottayan para apoyar a la víctima. De hecho temen que alejándose los que apoyan al obispo tendrían las manos libres para contaminar las pruebas.

Mons. Gracias acepta los pedidos de las religiosas y escribe: “Quiero asegurarles a vosotras cinco, que por lo que está en mi poder, por parte de la diócesis de Jullundur no se realizará ninguna acción para sacarlas del convento de Kuravingalad, hasta cuando será necesario por (vuestro testimonio) en el proceso judicial”. “La verdad- agregó el administrador temporáneo- saldrá cuando todas las pruebas no serán presentadas. Estoy seguro que la Iglesia quiere que la verdad se conozca”.

Después del anuncio del obispo, las religiosas decidieron suspender otra ola de protestas que habían anunciado para los próximos días. En realidad complica la cuestión, es una nota del p. Peter Kavumpuram, vocero de la diócesis de Jullundur, que parece desmentir lo afirmado por el nuevo administrador. De hecho, él defiende a la madre superiora y dice que no era una orden de “transferencia”, sino “más bien una invitación a volver a sus correspectivas comunidades de las cuales (las religiosas) abandonaron sin permiso”. Por lo tanto la orden de la congregación “no está cancelada, sólo suspendida”.