India: desde 2014, el gobierno de Modi ha retirado la licencia a 15.000 ONG extranjeras

Las asociaciones internacionales se quejan por la represión que se ejerce sobre su labor. En la India, las ONG son necesarias para garantizar la educación de los niños y la asistencia y sostén a las personas enfermas y pobres. John Dayal: “El partido hindú está en contra de los gobiernos occidentales, sobre todo cuando ellos cuestionan la manera en que son tratados cristianos, musulmanes y dalits”. 


Nueva Delhi (AsiaNews) – En cinco años, es decir, desde que asumió el poder, el gobierno indio conducido por el premier Narendra Modi ha suspendido la licencia a 15.000 organizaciones de voluntariado extranjeras. Es lo que denuncian algunas ONG famosas que operan en la India, y que llevan adelante programas de beneficencia en favor de los pobres, marginados, los niños de la calle y enfermos. John Dayal se desempeña como secretario general del  All India Christian Council, y al dialogar con AsiaNews, declara: “Todos los gobiernos indios, pero particularmente el actual, conducido por el partido nacionalista hindú, BJP (Bharatiya Janata Party), siempre han sido hostiles en relación a las organizaciones internacionales y al control de los medios que investigan cuál es la situación real, como la extrema pobreza, los suicidios entre los campesinos, los abusos sexuales, las violaciones de los derechos humanos y de las libertades civiles, pero sobre todo, de la libertad religiosa”.

Las asociaciones se quejan por las continuas restricciones que les imponen en los programas que llevan adelante en el país. El boicot de las autoridades se expresa en el allanamiento de las oficinas y el secuestro de material, en el congelamiento de las cuentas bancarias y en las restricciones impuestas sobre los viajes de los empleados. Por ejemplo, Greenpeace India –que continuamente alerta acerca del deterioro ambiental y atmosférico en varias ciudades de la India- da a conocer que solo considerando el mes de enero, fue obligada a clausurar dos sedes regionales y a reducir el personal en Bangalore, luego de que sus oficinas fueran sometidas a un operativo y bloquearan sus cuentas.

Una de las modalidades más habituales para limitar el trabajo de las ONG extranjeras es acusarlas de evadir controles fiscales sobre los fondos de financiamiento provenientes del exterior, amparándose en el Foreign Contribution Regulation Act. Es la misma acusación que fuera lanzada por las autoridades contra la ONG americana Compassion International, que fue obligada a cerrar sus puertas en el 2017. Con sus 45 millones de dólares transferidos cada año a los centros locales, era el ente de beneficencia más grande la India, y en 48 años de actividad brindó asistencia a 280.000 niños.

 

Los expertos consideran que el gobierno ya ha dejado de ver a los grupos activistas como un recurso para el desarrollo del país, y que ahora los ve como una amenaza, ya que sacan a la luz el abuso de poder, la corrupción y las violaciones de los derechos humanos que existen en el país.

Es del mismo parecer Dayal, quien afirma: “Normalmente, la India no otorga la visa a los enviados especiales de las Naciones Unidas que se ocupan de investigar la situación de los derechos, e incluso es muy hostil hacia algunos de ellos. Esto sucede, en particular, cuando los gobiernos occidentales sacan a la luz cuestiones sobre el trato que reciben los cristianos, musulmanes y dalits”. Controlando la circulación de la asistencia, agrega, “se pone en riesgo la vida de millones de beneficiarios que reciben recursos de Occidente. Al principio no pasaba de ser una sospecha hacia aquellas organizaciones que tienen sedes e Nueva York o en Europa. Pero ahora, la situación ha cobrado dimensiones que son propias de una auténtica paranoia”.

El resultado de las medidas drásticas adoptadas contra las ONG, resalta el líder católico, “es que debilita la voz de los activistas, que justamente, necesitan del apoyo extranjero para que su voz se extienda y llegue al resto del mundo”.  De todas maneras, lo cierto es que “la verdad saldrá a la luz y la comunidad que defiende los derechos humanos hallará caminos alternativos para alzar la voz y hacer que la realidad quede expuesta ante todos”.