India tendrá una nueva santa: sor Maria Teresa Chiramel Mankidiyan, ‘como Madre Teresa’
de Nirmala Carvalho

La Congregación de las Causas de los Santos ha publicó el decreto que reconoce el milagro. La religiosa es la fundadora de la congregación de las hermanas de la Sagrada Familia. Por toda la vida sirvió a los pobres y enfermos de toda casta y religión; escondió las estigmas para no atraer sobre sí la atención.
 


Mumbai (AsiaNews) – La Iglesia india tendrá una nueva santa: es la beata  Maria Teresa Chiramel Mankidiyan, fundadora de la congregación de las hermanas de la Sagrada Familia. De ella Mons. James Pazhayattil, obispo de Irinjalakuda (fallecido en 2016), dijo: “Se asemeja a Madre Teresa de Calcuta. A parte del hecho que comparten el nombre, ellas tienen en común no sólo el haber fundado una congregación religiosa- una, las Misioneras de la caridad, la otra las hermanas de la Holy Family –pero sobre todo porque ellas se caracterizan por el servicio en favor de los más desventajados: pobres, enfermos, marginados, moribundos”.

Nacida en Puthenchira (Kerala) el 26 de abril de 1876, la beata falleció en Kuzhikkattussery (siempre en Kerala) el 8 de junio de 1926. Hace dos días el Papa Francisco, recibiendo al Card. Angelo Becciu, prefecto que reconoce el milagro atribuido a la religiosa india, abriendo así el camino para su canonización.

La religiosa fue una mística. Transcurría enteras jornadas en meditación y oración o en decorar y limpiar el altar de la iglesia. Pero sobre todo, declara Mons. Pazhayattil, “como Madre Teresa de Calcuta, ambas sacrificaron sus propias vidas por los otros, “demostrando) un amor predilecto hacia los más pobres entre los pobres. De este modo pusieron en práctica la virtud de la caridad a nivel heroico”.

Sor Maria Teresa Chiramel Mankidiyan será la quinta santa india. Por toda la vida ha mantenido secretas las estigmas, para no atraer sobre sí la atención. Su entera existencia fue atormentada por demonios y ofrecía sus sufrimientos por la remisión de los pecados del mundo. Condujo una vida de austera penitencia, continuando visitando a los enfermos y pobres de toda extracción social y religiosa hasta sus últimos días.