Card. Yeom: Recemos por los hermanos del Norte, hambrientos y sin libertad religiosa
de Thomas Han

El arzobispo de Seúl y administrador apostólico de Pyongyang celebró en la catedral la 1201 misa para la reconciliación, un gesto inaugurado por el difunto card. Esteban Kim Sou-hwan. El pedido a los líderes políticos, pero sobre todo a la oración. El coro de los niños refugiados del Norte.

 


Seúl (AsiaNews)- Rezar por la reconciliación y la paz en la península coreana, pero sobre todo rezar por “nuestros hermanos del Norte”, afligidos “por la extrema pobreza” y sin “ninguna libertad para servir a Dios”. Son las directivas sugeridas por el Card. Andrés Yeon, arzobispo de Seúl y Administrador apostólico de Pyongyang, celebrando la 1201 misa por la reconciliación y por la unidad del pueblo coreano.

La liturgia solemne se realizó el 5 de marzo, durante la vigilia de la Cuaresma, en la catedral de Myeong-dong en Seúl. La misa fue celebrada también para conmemorar el 10mo aniversario de la muerte del Card. Esteban Kim Sou-hwan (1922-2009),  que instituyó el Comité para la reconciliación y la unidad del pueblo coreano ya desde 1995. Desde entonces en adelante esta misa se celebra en la catedral cada martes a la 7 de la tarde, sin interrupción.

En la ceremonia participaron el nuncio apostólico, Mons.  Alfred Xuereb, algunos obispos eméritos y auxiliares, el p. Gerard Hammond, superior de Maryknoll en Corea, el p. Achilleo Chung, responsable del Comité por la reconciliación. Presentes también algunos embajadores; Raúl S. Hernández y su consorte (Filipinas). Luis Henrique Sobreira Lopes (Brasil), Piotr Ostaszewski (Polonia), Milton Alcides Magaňa Herrera (Salvador), Vladimir Vazquez Hernandez (vice-jefemisión México).

A los fieles que han llenado la catedral, el Card. Yeom recordó que desde el inicio, la institución del Comité por la reconciliación nacional era un acto contracorriente porque en la sociedad coreana de la época prevalecía el clima de hostilidad de los ciudadanos hacia la “reconciliación nacional”, Pero, la Iglesia lo hizo porque era la justa vía para la reunificación y la paz es la reunificación y la unidad de nuestro pueblo y su reconciliación y unión con Dios. Luego dijo que sin el perdón y la reconciliación´, no hay reconciliación, ni paz.

La misa se celebró en un momento de aparente fracaso de los pasos de distensión entre el Norte y el Sur sobre todo en el diálogo entre Washington y Pyongyang después del encuentro entre Donald trump y Kim jong.un en Vietnam. El purpurado invitó a los líderes políticos del Norte y del Sur, y a los países vecinos a comprometerse en el realizar la desnuclearización y la paz “con la firma determinación de promover el bien común de todos los pueblos de la Península coreana, superando el drama personal de poder, los intereses políticos y los intereses nacionales”.

Pero, puso el énfasis sobre todo en la oración, “el medio más eficaz a nuestra disposición”. Él también recordó “las acciones” del Comité para la reconciliación: la ayuda a los refugiados del Norte y las “ayudas humanitarias a Corea del Norte”, que jamás se interrumpieron.

“Pienso – dijo - a los connacionales del Norte a los cuales se les niega la justicia y la paz. Pienso en el pueblo del Norte subyugado por el armamento nuclear, afligido por la extrema pobreza, por lo tanto imposibilitado a vivir una vida realmente humana, en un modo digno de ser humano. Pienso sobre todo al Pueblo de Dios del Norte que no tiene ninguna libertad de servir a Dios”.

Y concluyó: “Seguramente Nuestro señor recompensará nuestra oración y nuestro sacrificio para la reconciliación y la unidad de nuestro pueblo “ya ahora, en este tiempo, cien veces más… la vida eterna en el tiempo que vendrá” (Mc 10,30).

Uno de los momentos más tocantes se vivió después de la comunión, cuando el coro de los niños de los refugiados, Unitas Angels, creado por el Comité por la reconciliación nacional, interpretó un canto.