Elecciones en Israel: Netanyahu apuesta a la seguridad, mientras el país (también) apunta a la economía

El próximo 9 de abril, los israelíes acudirán a las urnas para votar en las elecciones generales. El liderazgo del premier saliente está en juego, afectado por un proceso de corrupción. El Likud sigue con atención el crecimiento de la alianza rival en los sondeos. Como telón de fondo, la cuestión palestina y los crecientes problemas sociales. 


Jerusalén (AsiaNews/Agencias) – Las próximas elecciones generales en Israel, previstas para el 9 de abril, no se centrarán solamente en aquellas añosas cuestiones que siempre han permanecido sobre el tapete: la paz, la guerra, la relación con los palestinos y la economía.  En el platillo de la balanza también pesará –en caso de reelección- la legitimidad para el cargo del premier saliente Benjamín Netanyahu, quien arriesga terminar procesado a raíz de las acusaciones de corrupción y que podría incluso terminar su carrera política en prisión.  

El Primer Ministro denuncia una campaña mediática y judicial orientada a golpear su reputación y enlodar su nombre, para eliminarlo de la escena política, a pesar del consenso popular de que goza. Recientemente no vaciló al referirse a una “caza de brujas” y anuncia dar batalla, afirmando que está dispuesto a demostrar en los tribunales su inocencia y que es completamente ajeno a los hechos que se le imputan.

Si bien es cierto que, por un lado, gran parte de los sostenedores de Netanyahu simpatiza con él y se solidariza con el líder de larga trayectoria, también es un hecho que su partido, Likud, sigue de cerca el ascenso en los sondeos de la alianza de centro Blue and White. Se trata de un movimiento que está conquistando la atención del electorado moderado y no tan moderado, guiado por el ex jefe de las fuerzas armadas Benny Gantz y por el ex ministro de Finanzas Yair Lapid. La agrupación muestra un rápido ascenso según muchos –y autorizados- encuestadores.

En los últimos años, la política israelí ha sufrido un decidido vuelco hacia la derecha. Durante las semanas de campaña electoral, el premier Netanyahu –considerado por largo tiempo como el hombre fuerte capaz de conducir el país en un período turbulento – en reiteradas oportunidades rotuló a sus rivales como “débiles” de izquierda. Por su lado, la alianza de centro se ha dedicado a agitar sus credenciales en materia de seguridad, señalando el hecho de que en sus filas hay tres ex altos oficiales del ejército.   

 

Netanyahu respondió argumentando –en caso de una victoria de la alianza Blue and White- acerca de los peligros de ceder a concesiones con los palestinos. Fue inmediata la réplica de Gantz, quien afirmó que la alianza que él conduce pretende llegar a un distanciamiento de los palestinos, sin por ello sacrificar las necesidades en materia de seguridad  y tampoco imponer el retiro de los Territorios ocupados en Cisjordania y en Jerusalén oriental.   

La seguridad siempre ha representado un tema prioritario en una nación que ha combatido varias guerras y que está debatiendo cuál es el líder mejor capacitado para rechazar las amenazas externas. Según un reciente sondeo llevado a cabo por Israel Democracy Institute, un cuarto de los israelíes considera que en la elección del voto es de importancia primordial la cuestión económica y social.

Bajo la conducción del partido Likud de Netanyahu, el país ha registrado un crecimiento, pero el costo de vida sigue siendo elevado y es fuente de preocupación para muchos. En este contexto, han salido a flote con fuerza los defectos del sistema de salud, bajo la forma de carencias crónicas de camas en los hospitales. Es un tema en el que ha hecho un reiterado hincapié el partido laborista, prometiendo modificar la situación actual.