Entre recesión y desinterés por el voto, Turquía va a las urnas para las administrativas

El 31 de marzo los electores están llamados a elegir los representantes de las 81 provincias. Es probable la victoria del partido de Erdogan, en un contexto general de desconfianza. Mientras tanto la economía marca el paso: baja el PIB y la inflación viaja en doble cifra. La oposición apunta a conquistar Ankara.

 


Estambul (AsiaNews) - En un momento de grave crisis económica, con el país que por primera vez en 10 años termina en recesión, Turquía se prepara para volver a las urnas el próximo 31 de marzo para las elecciones administrativas. Una vuelta electoral que debería registrar la victoria del presidente Recep Tayyip Erdogan y del partido AKP (Justicia y Desarrollo) que está en el poder; sin embargo, el frente de la oposición se presentará más unida y entre el electorado serpentea el cansancio, que podría traducirse en una menos afluencia a las urnas.

Analistas y expertos consideran muy probable una victoria del partido más importante del país, si bien el porcentaje de suceso arriesga ser inferior al pasado. En este contexto, el presidente Erdogan quiere reforzar las restricciones sobre la nación después del suceso del año pasado en las elecciones parlamentarias y presidenciales.

El voto de fin de mes sancionará además la alianza a nivel administrativo entre el AKP y el movimiento nacionalista de extrema derecha MHP. Un binomio que se presentó por primera vez a los electores el año pasado, en las políticas y que permitió a Erdogan de apretar los enlaces del poder y proseguir en la caza a los opositores iniciada el día después del fallido golpe de julio de 2016.

Turquía está subdividida en 81 provincias, 30 de las cuales están en áreas metropolitanas; las más importantes son la capital, Ankara, el corazón económico y comercial Estambul y Izmir. Dependiendo de las jurisdicciones, los electores serán llamados a elegir al intendente, a los consejeros comunales, a los miembros y jefes de los distritos.

Las elecciones llegan en un período complejo para el partido en el gobierno, que en el pasado triunfó en las urnas gracias a las promesas (luego no cumplidas) de un rápido crecimiento económico. La balanza, de hecho, marca un saldo negativo y a fines de 2018 se hundió por ´primera vez en un decenio de recesión, mientras que la inflación navega en doble cifra.

también el Producto interno bruto (PIB) marca un paso atrás, registrando un +2,6% para el año 2018 que contrasta con el 7,4% registrado el año precedente. En tema de PIB, el dato “pro capite” para el 2018 descendió a 9632, respecto a los 10 mil de 2017. Los consumos bajaron del 8,9% en el último trimestre del año pasado.

Sin embargo, el pésimo dato relacionado con la economía no está dicho que llevará a una crisis para el partido en el poder. Menderes Cinar, docente de Ciencias políticas y relaciones internacionales  en la Baskent University, subraya que “el AKP podrá también perder algunos votos”, pero la caída “no será tan grave” como para determinar una derrota.

En todo caso la posible caída del partido de Erdogan no debería traducirse en un crecimiento de las oposiciones, cuyo electorado demuestra también en este caso cansancio. La hipótesis más probable es que esta insatisfacción pueda traducirse en una deserción a las urnas, también frente a una falta de una seria alternativa a despecho del intento de presentarse en un frente unido y compacto.

En Estambul la victoria del AKP parece descontada para la carrera del ex Premier, Binali Yildirim, que debería ir al encuentro de un fácil victoria. Diversa es la cuestión en la capital, Ankara, donde el candidato del CHP, Mansur Yavas parece tener alguna esperanza más de suceso.