Wellington: Erdogan se aprovecha de la masacre de Christchurch para hacer propaganda

El gobierno neozelandés se dispone a enviar al ministro de Relaciones Exteriores a Turquía. Canberra también estaría reconsiderando las relaciones con Ankara. Durante un mitin electoral, el líder turco pidió la pena de muerte para el terrorista y amenazó a los ciudadanos de las dos naciones. “Palabras disparatadas”, según el líder de la oposición australiana.


Ankara (AsiaNews/Agencias) -  Wellington quiere enviar a Turquía a su ministro de Relaciones Exteriores, Winston Peters, para responder personalmente a las palabras pronunciadas por el presidente Recep Tayyip Erdogan al referirse al atentado de Christchurch, en el cual perdieron la vida 50 musulmanes que se encontraban reunidos para la oración del día viernes. En el marco de la campaña electoral para las elecciones administrativas, el líder de Ankara trajo a colación el atentado a las dos mezquitas del 15 de marzo pasado, para erigirse en baluarte de la defensa del islam, y amenazó con dar muerte a cuantos alimenten sentimientos anti-musulmanes.

Durante el mitin celebrado ayer incluso se transmitieron imágenes del atentado y Erdogan solicitó a Nueva Zelanda que se reintroduzca la pena de muerte para el principal sospechoso de la masacre perpetrada en las dos mezquitas. Incluso agregó que “se las hará pagar”, refiriéndose al supremacista blanco australiano de 28 años, Brenton Tarrant, el autor del ataque, si Wellington no lo hace.

La justicia neozelandesa abrió una investigación caratulada como homicidio, contra el sospechoso; él deberá comparecer ante el juez el próximo 5 de abril.

Al encontrarse con periodistas, la premier Jacinda Ardern subrayó que el ministro de Relaciones Exteriores viajará “para poner las cosas en claro, cara a cara” con los responsables del gobierno turco, luego de las inaceptables palabras de Erdogan. El jefe de la diplomacia neozelandesa solicitará “aclaraciones urgentes” al gobierno de Ankara, tras haber condenado la difusión de las imágenes del tiroteo, lo cual podría detonar una búsqueda de venganza entre los musulmanes del mundo, contra los ciudadanos del país.

En tanto, el Primer ministro australiano –país de origen del autor de la masacre- Scott Morrison, convocó al embajador turco a Canberra para una reunión, durante la cual solicitará que las palabras de Erdogan sean eliminadas de la TV estatal turca. “Espero ver la respuesta del gobierno turco –agregó el premier- antes de tomar ulteriores medidas. Pero les aseguro que todas las opciones están sobre la mesa”.

Por otro lado, el gobierno australiano podría reconsiderar los gastos de sus ciudadanos que planifican viajar a Turquía. En el pasado, las relaciones entre Ankara, Wellington y Canberra siempre han sido buenas. Todos los años, miles de neozelandeses y australianos viajan a Turquía, para recordar a millares de soldados caídos en la “batalla de Galípoli” [de los Dardanelos, ndt] durante la Primera Guerra mundial.

El mismo Erdogan recordó el acontecimiento en el mitin de ayer, criticando enérgicamente a los Anzacs [un acrónimo con el que se designa a los Cuerpos del Ejército australiano y neozelandés] por su rol en el conflicto. Y agregó que devolverá al remitente [el mensaje] “dejando tras las rejas” a cualquiera que llegue al suelo turco con sentimientos anti-musulmanes.

Al referirse a las palabras del mandatario turco,  el líder de la oposición australiana Bill Shorten las calificó como “disparatadas”, advirtiendo que éstas terminarán alimentado los planes de cuantos “pretenden dividir” y alimentar las tensiones.