Mensaje de Francisco dirigido al director general de la FAO, José Graziano da Silva, con ocasión del Día Mundial del Agua, que se celebra hoy, centrado en el tema: “No dejar a nadie atrás”. Valorizar y defender este bien es una tarea que compete a todos los habitantes del planeta y a las nuevas generaciones.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – El agua, “derecho humano fundamental” es “un bien esencial para el equilibrio de los ecosistemas y para la supervivencia humana” que debe ser accesible a todos, poniendo fin a la “injusticia” que hace sufrir a tantos hermanos y hermanas. Es lo que escribe el Papa Francisco en el mensaje enviado al director general de la FAO, José Graziano da Silva, con ocasión del Día Mundial del Agua, que se celebra hoy y que tiene por tema: “No dejar a nadie atrás”.
“Todos somos arquitectos del futuro –escribe el Papa- y la comunidad internacional, con sus decisiones y con sus obras, ya está invirtiendo en el porvenir de nuestro planeta. Es necesario desarrollar planes de financiamiento y proyectos hídricos de largo alcance. Esta firmeza llevará a superar la visión de transformar el agua en un mera mercancía, regulada exclusivamente por las leyes del mercado”.
“Hoy en día –resalta Francisco- se ve de qué manera la aridez del planeta va extendiéndose a nuevas regiones”, y las poblaciones de estas tierras “sufren cada vez más a causa de la falta de fuentes de agua aptas para el consumo. Por este motivo, ‘no dejar a nadie atrás’ significa comprometerse con miras a poner fin a esta injusticia. El acceso a este bien es un derecho humano fundamental, que debe ser respetado, porque está en juego la vida de las personas y su dignidad (cfr. Carta encíclica Laudato sí, N. 30)”. No dejar a nadie atrás, agrega el Papa, significa, también, ser consciente de la necesidad de responder con hechos concretos; no sólo a través del mantenimiento o mejoramiento de las estructuras hídricas, sino también invirtiendo en el futuro, educando a las nuevas generaciones a fin de utilizar el agua y cuidarla. Esta toma de consciencia, subraya Francisco, es una prioridad en un mundo en el cual todo es descartado y despreciado, y que, en muchos casos, no comprende la importancia de los recursos que tenemos a disposición.
Valorizar y defender este bien es una tarea a la que están llamados todos los habitantes del planeta y las nuevas generaciones. “Es una labor que comienza con la consciencia de que hay personas que padecen las inevitables consecuencias de los cambios climáticos y de todos aquellos que son víctimas de una o más formas de explotación y contaminación de las aguas a raíz de varios factores. Este desafío educativo generará una visión de este bien, produciendo generaciones que valoricen y amen los recursos de la Tierra”.
Como conclusión de su mensaje, el Papa cita la definición de San Francisco: “el agua, que es muy útil y humilde, preciosa y casta”, sirve para el sustento y el beneficio, para nosotros y para las generaciones futuras.