En mayo, quedará en libertad Đoàn Thị Hương, última imputada por el asesinato de Kim Jong-nam

La joven vietnamita se ha declarado inocente de “haber causado heridas, aunque no intencionalmente”  al hermanastro del líder norcoreano. Hương fue condenada a tres años y cuatro meses de cárcel. Gracias a las reducciones de pena, podrá salir de prisión “la primera semana del mes que viene”. En Malasia,  una condena por homicidio conlleva la pena de muerte obligatoria.  


Kuala Lumpur (AsiaNews) –  Đoàn Thị Hương (foto), la vietnamita de 30 años acusada de asesinar al hermanastro del líder norcoreano Kim Jong-un, quedará libre en mayo, tras haberse declarado culpable de un delito menor. Es lo que anunció hoy uno de sus abogados, al recibir favorablemente “la sentencia justa” dictada por los jueces de la Alta Corte de Shah Alam.

Hương fue condenada a tres años y cuatro meses de cárcel, contados a partir del su arresto, en febrero de 2017. Sus letrados informan que, gracias a las habituales reducciones de pena, la mujer podrá salir de prisión “el mes próximo”. El 11 de marzo pasado, el tribunal malasio había rechazado su pedido de suspensión de las acusaciones; una decisión sorprendente puesto que el procurador general había aceptado retirar las acusaciones contra la otra imputada, la indonesia  Siti Aisyah.

El asesinato de Kim Jong-nam se produjo el 13 de febrero de 2017, en el aeropuerto internacional de Kuala Lumpur (KLIA). Las dos mujeres fueron arrestadas tres días después del asesinato, y acusadas de haber cubierto el rostro de Kim Jong-nam con un potente gas nervioso conocido como agente VX, capaz de conducir al colapso del sistema nervioso de la víctima en apenas 20 minutos. Desde el arresto, Siti Aisyah y Doan Thi Huong defendieron su inocencia, afirmando haber sido engañadas por unos agentes norcoreanos, que las hicieron participar en lo que supuestamente –pensaban- era una broma televisiva.

Hương, por tanto, se ha declarado culpable de un nuevo cargo de imputación: “haber causado, sin intención, heridas a Kim” con el empleo de “medios peligrosos”. En Malasia, una condena por homicidio conlleva la pena de muerte obligatoria.