Quince muertos por un terremoto de magnitud 6.3 en la provincia de Pampanga

El epicentro del terremoto está situado cerca de la ciudad de Castillejos, a unos 100 Km al noroeste de Manila. Más de 90 personas dadas por desaparecidas en el derrumbe de un supermercado en Porac. Declarado el estado de calamidad también en Floridablanca, Guagua, Sasmuan, Lubao y Sta. Rita. Daños en 10 iglesias de interés histórico. Misionero del PIME: "En el país no hay aprensión, los filipinos han reaccionado con tranquilidad”.

 


Manila (AsiaNews)- Es de15 víctimas y más de 100 heridos el saldo provisorio del terremoto de magnitud 6.3, que ayer por la noche afectó la región central de Luzón, en el norte de filipinas. Los equipos de socorro intentan en estas horas de rescatar a más de 90 personas que se teme hayan quedado atrapadas en el derrumbe de un supermercado en Porac, en la provincia de Pampanga- la más devastada del sismo. En el colapso del edificio de cuatro pisos murieron 4 personas; otras 12 resultaron heridas.

Los geólogos afirman que el epicentro del terremoto está situado cerca de la ciudad de Castillejos, a unos 100 Km al noroeste de Manila. Más de 400 movimientos de asentamiento se registraron por el terremoto inicial. Las autoridades declararon el estado de calamidad en el área de Pampanga que incluye las ciudades de Porac, Floridablanca, Guagua, Sasmuan, Lubao y Sta. Entre las estructuras que han sufrido los daños mayores hay 9 escuelas, al menos 10 iglesias de interés histórico y el Megadique FVR, la última defensa de la provincia contra las coladas de lava del monte Pinatubo.

El p. Giovanni Re, misionero del Pontificio Instituto de Misiones Extranjeras (PIME), declara a AsiNews: “Aquí en Parañaque city (donde se encuentra la casa regional del Instituto) hemos advertido al sismo, pero el temblor no fue fuerte. La vibraciones duraron sólo algunos segundos. En la zona más afectadas, no se sabe aún ciertamente cuáles sean los daños efectivos. La población filipinas vive en estas horas sin particular aprensión ya que porque las consecuencias del terremoto, al menos por el momento, parecen limitados. En los últimos años, en el país se abatieron diversos tifones que han sembrado muchas más muerte y destrucción. Esto explica la relativa tranquilidad con la cual los filipinos han reaccionado frente a este terremoto”.